La jubilación es una etapa en la vida de una persona en la que se pone fin a décadas de trabajo y esfuerzo para disfrutar de un merecido descanso. Supone un cambio de perspectiva, pues se deja de trabajar y se pasa a recibir una paga mensual ligada a lo contribuido durante los años laborales.

Asimismo, es una nueva situación que se ve reflejada en el marco fiscal, pues los pensionistas pueden notar modificaciones en cuanto a descuentos, exenciones y otras condiciones. Por lo tanto, ¿qué impuestos debe pagar un pensionista?

El IRPF entra en juego 

Pese a haber contribuido a cotizar a la Seguridad Social, cabe recordar que las pensiones de jubilación se consideran rendimientos del trabajo. Es decir, esto supone una retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, más conocido como IRPF.

Como consecuencia, se gravan las rentas obtenidas por las personas físicas a modo de cotización. Para comprenderlo mejor, vamos a echar un vistazo a cómo son las retenciones en función de la pensión. 

Dos pensionistas, disfrutando de la playa. Archivo

Retenciones dependiendo de la pensión 

El mecanismo es igual al de la vida laboral: cuanta mayor cantidad es el dinero que se recibe, más se retiene vía IRPF. En este 2024, esta es la tabla de retenciones mínimas que la Seguridad Social fija por cada tramo para las pensiones de jubilación, teniendo en cuenta un año natural. 

  • Hasta 12.000 euros anuales: 1%.
  • Entre 12.001 y 18.000 euros anuales: 2,61%.
  • Entre 18.001 y 24.000 euros anuales: 8,69%.
  • Entre 24.001 y 30.000 euros anuales: 11,83%.
  • A partir de 30.001 euros anuales: 15,59%.

A mencionar que las cifras mencionadas son las retenciones mínimas que se descuentan mes a mes de las pensiones de jubilación. Del mismo modo, no hay que olvidar de que el porcentaje exacto puede depender de muchos condicionantes. 

Exenciones fiscales

No obstante, cabe destacar que existen situaciones en las que los jubilados pueden quedar libres de pagar este impuesto.

Alquiler, donaciones y sindicatos 

Dependiendo de la comunidad autónoma en la que resida el jubilado, el alquiler puede recibir algunas bonificaciones fiscales.

En ciertos territorios, los pensionistas pueden quedar exentos del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, el cual grava las herencias y donaciones recibidas en herencia pro parte de familiares directos. 

Por otro lado, las cuotas pagadas a los sindicatos son también deducibles.

La venta de la vivienda

Hacienda permite que los mayores de 65 años queden exentos en materia de vivienda. Esto ocurre si la ganancia obtenida se transmite a cambio de un capital como si lo es a cambio de una renta, temporal o vitalicia.

En el supuesto de que el inmueble tuviera dos propietarios y uno de ellos aún no tiene 65 años, la exención se aplicará únicamente sobre el 50% del importe.

Rentas vitalicias 

La Agencia Tributaria sólo obliga a los pensionistas a declarar las ganancias patrimoniales si el importe total obtenido por la transmisión se dedica a constituir una renta vitalicia a su favor.

La renta vitalicia se deberá constituir siempre en el plazo de seis meses, desde la fecha de transmisión del elemento patrimonial, con un importe máximo exento de 240.000 euros.

Historia del sistema de pensiones

El sistema de pensiones ha evolucionado constantemente desde sus inicios en el siglo XIX. Hoy día es uno de los pilares básicos del estado del bienestar, el cual premia toda una vida laboral con prestaciones dignas para afrontar la tercera edad con dignidad y garantías. 

Sus inicios

En 1883, se establecieron las primeras bases de protección social con la creación de la Comisión de Reformas Sociales, que buscaba mejorar las condiciones laborales. En 1908, se fundó el Instituto Nacional de Previsión (INP), que introdujo el Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI). Ya en 1947, se proporcionaban pensiones a los trabajadores mayores de 65 años.

Tras la dictadura

Con la llegada de la democracia, se produjo una reforma en 1978 con la promulgación de la Constitución, que consagró el derecho a una pensión suficiente. En 1985, la Ley de Pensiones estableció un sistema basado en la el factor contributivo, el cual vincula la cuantía de la pensión a las cotizaciones realizadas durante la vida laboral.

En el siglo XXI 

El sistema actual se estructura en tres pilares. El primero es el público, gestionado por la Seguridad Social, que incluye pensiones de jubilación, viudedad, orfandad e incapacidad permanente. 

El segundo pilar consiste en planes de pensiones de empleo promovidos por las empresas. El tercer pilar se compone de planes de pensiones individuales, voluntarios y privados.

Retos del futuro 

En los últimos años, debido a la creciente esperanza de vida y al envejecimiento de la población, se han llevado a cabo diversas reformas para asegurar la sostenibilidad del sistema. 

Una de ellas es la ampliación de la edad de jubilación a 67 años y el incremento del periodo de cálculo de las pensiones. Estas medidas buscan mantener el equilibrio financiero y asegurar la viabilidad del sistema de pensiones en el futuro.

Una pareja de jubilados pasea por un parque. Freepik