El húngaro Kristof Rasovszky se ha coronado campeón olímpico de la prueba de 10 kilómetros de natación en aguas abiertas de los Juegos Olímpicos de París, que el español Carlos Garach no pudo terminar al retirarse a falta de tres vueltas para el final.

De esta manera, Rasovszky, vigente campeón del mundo, pudo mejorar la medalla de plata lograda en Tokyo 2020 al cruzar la meta en 1:50:52.7 y comandó un podio en el que le acompañaron el alemán Oliver Klemet (1:50:54.8), plata, y el también húngaro David Betlehem (1:51:09.0), bronce.

Mientras, el granadino, que ya había competido en la capital francesa en piscina en los 800 metros libres, el relevo 4x200 libre y los 1.500 libre, se vio superado por las difíciles condiciones y abandonó cuando ya había cubierto tres vueltas y media de las seis que componen la prueba; marchaba en 27ª posición, penúltimo, a 5:14 del líder.

Antes, el nadador de 20 años había completado el primer giro en el decimotercer lugar, a 39 segundos de los hombres que comandaban la prueba, pero en el segundo bajó hasta el 26º, a 39 segundos de Rasovszky, que ya aventajaba en más de cuatro minutos al español al paso por la tercera vuelta. Sus problemas para mantener el contacto con la cabeza le obligaron a abandonar.

Igual que en la prueba femenina del jueves, la fuerte corriente del Sena, durante todos los Juegos en el punto de mira por la calidad de sus aguas, empujó a los nadadores a formar en fila junto al muro lateral del río. Desde el principio, Rasovszky, el italiano Gregorio Paltrinieri, plata en el 1.500 libre y bronce en el 800 en Paris 2024, y el alemán Florian Wellbrock, oro en Tokio, se destacaron en cabeza.

A ellos se unió, antes del ecuador, el también transalpino Domenico Acerenza, y Betlehem y Klemet también mostraron sus intenciones a poco más de tres kilómetros para el final. Cuando restaban algo menos de dos kilómetros, Rasovszky asestó el golpe definitivo, aunque todavía tuvo que defenderse de Klemet en los últimos metros.