Tras el meritorio bronce conquistado en noviembre del año pasado en el Europeo de gimnasia aeróbica desarrollado en Turquía, el Biribildu afronta esta semana otro apasionante reto.
Se diría incluso que de mayor calado porque los diez competidores que se desplazan hoy hasta tierras italianas competirán entre el viernes y el domingo en el Mundial de Pésaro (Italia) junto a las grandes potencias de este deporte como los tres colosos asiáticos (China, Mongolia y Corea), además de la anfitriona Italia, Hungría y Ucrania.
El Biribildu, que de nuevo participará en el Mundial representando a la Federación española de gimnasia aeróbica, ha preparado a conciencia este campeonato durante los últimos meses. Con un equipo muy joven y completamente renovado respecto al que consiguió el sonado éxito en tierras turcas –de hecho, solo se mantiene Irati Quintana–, la consecución de una medalla se presenta como un objetivo repleto de espinas.
La semifinal tendrá lugar el viernes, aunque al no haber más de ocho países inscritos todos ellos accederán directamente a la final del sábado. Bajo la batuta de Ainhoa Sánchez, el resto del conjunto está compuesto por Soraya Jiménez, Irati Blanco, Malen Acedo, Iraia Serrano, Lucía Hernández, Izaro Martínez, Izaro Sáez de Ibarra, Aratz Asteasu y Alazne Bertolini.
La edad de la mayoría de ellos ronda los 18-19 años, aunque esta inexperiencia será suplida por razones obvias con toneladas de ilusión. Este es el tercer Mundial al que acude el Biribildu en su historia. Con anterioridad, ya participó en 2016 en Seúl (Corea), siendo octavo, y en 2018 en Guimaraes (Portugal) finalizando en cuarta posición.
“Hemos preparado una coreografía con la temática de Mario Bros que dura 1 minuto y 25 segundos. La hemos trabajado bastante bien, así que vamos con muchas ganas y a dejar alto el pabellón”, confiesa la entrenadora Ainhoa Sánchez.
En la gimnasia aeróbica los jueces valoran, por un lado, la parte artística, es decir que los movimientos tengan relación con la temática de la coreografía. Y, por otro lado, la ejecución, donde se mide la sincronización y que todos los gimnastas efectúen a la vez cada uno de los movimientos. Aquí, los asiáticos son los grandes especialistas, ya que, según la cabeza visible del Biribildu, “funcionan como robots”.
Un crowdfunding para sufragar los gastos
El club vitoriano ha vuelto a crear un crowdfunding para recaudar dinero y tratar de sufragar los elevados gastos derivados de la participación en este Mundial.
Cabe recordar que al no ser la gimnasia aeróbica una modalidad olímpica y el Biribildu no ser un equipo de selección como tal que se ha concentrado en Madrid –algo que sí sucede en la artística o la rítmica–, la Federación Española no cubre los costes, que deben correr a cuenta del club y las propias gimnastas.