A sus 17 años, Mireia Vizuete ya es una mujer muy madura, tanto dentro como fuera del tatami. El brillante oro continental que conquistó en junio de este año en Praga deja entrever las tablas y la fuerte personalidad de una competidora que afronta dentro de unos días el desafío más exigente de su todavía corta carrera.

La joven alavesa, perteneciente a la Escuela de karate Fitness Gasteiz, ha sido convocada por la selección nacional para disputar el Mundial júnior, que arranca el miércoles de la próxima semana en la ciudad turca de Konya. Entre los 1.800 jóvenes karatecas de 105 países, habrá dos alaveses y esa es una grata noticia que habla muy bien de la salud del deporte en el territorio. Además de Mireia, Álex Ortiz de Zárate también se ha hecho un hueco sobre la bocina en la categoría masculina tras la lesión de un compañero.

En el caso de Mireia, su crecimiento en los últimos tiempos ha sido espectacular y eso hace albergar esperanzas respecto a la opción de que suba al podio.

La gasteiztarra está ultimando su preparación para llegar al evento en el estado de forma más dulce posible. Recientemente estuvo en Mallorca, Córdoba y Gran Canaria participando en diferentes concentraciones con el equipo nacional y, antes de poner rumbo el próximo lunes a Turquía, desde mañana realizará las últimas sesiones en Madrid.

“Básicamente quiero disfrutar de la experiencia y hacer un buen papel. Deseo acabar con buenas sensaciones habiendo ganado o perdido”, reconoce a este periódico Vizuete, que volverá a competir en la categoría de menos de 48 kilos.

De lo que no hay duda es que, tal y como asegura la alavesa, “en este Mundial hay más nivel que en el Europeo”. Sin embargo, ello no es óbice para dar rienda a su ambición. “Supongo que estarán las mismas rivales que en Praga o incluso algunas más fuertes, pero no renuncio a una medalla. Si no es posible, el hecho de seguir siendo una asidua de las convocatorias de la selección ya es un premio para mí”, confiesa.

Mireia no ceja en su empeño de seguir mejorando a diario y puliendo los típicos errores derivados de su juventud. Tras los combates, hace una severa autocrítica y por la vía del sacrificio está alcanzando cotas insospechadas que no imaginaba cuando empezó a dedicarse en cuerpo y alma al karate. “En Turquía será otra reválida exigente pero estoy preparada para hacerlo bien”, analiza la competidora del Fitness, que pone especial énfasis en los ejercicios de fuerza como parte de su proceso de mejora.