- El VI Trail Valle de Tena dirimió este sábado en Panticosa sus dos pruebas más exigentes, la 8K (77 kilómetros y 6.800 metros de desnivel acumulado) y la 4K, clasificatorias para el Europeo de skyrunning. Alrededor de 650 atletas tomaron las salidas, con victoria final de Jonatan Tejada y Marta Vidal, en la 8K, y Zaid Ait Malek y Ana Alonso, en la 4K.
Sin embargo lo más destacado y comentado de la jornada fue el gesto deportivo de Iker Karrera Aranburu, uno de los padres de la ultra distancia en Europa. El corredor vasco, de 46 años, que dejó el deporte al más alto nivel en 2018, quedó tercero en la prueba de 8K tras tres años sin competir, y salió al rescate de un rival al que se le habían roto las zapatillas. A su llegada a uno de los puntos de control, el de Amezketa entregó sus zapatillas de repuesto a la organización para que se las dieran al compañero de carrera que había quedado detrás.
Iker Karrera (Amezketa, 1974) es una de las figuras más significativas en la historia del trail running en todo el Estado. Muchos creen que se dedicó profesionalmente al trail, pero es ingeniero agrónomo por la UPNA, actualmente gerente de la asociación de desarrollo rural de Tolosaldea Tolomendi. Siempre encontró en la montaña, y luego en las carreras, el entorno adecuado para desarrollar su pasión por el esfuerzo y la superación de fronteras. En su prolífica carrera de más de quince años ha dominado pruebas como Tor des Géants, Transvulcania, Lavaredo Ultra-Trail o Transalpine Run. Para el recuerdo queda su llegada a la meta en segundo lugar en el Mont Blanc Ultra-Trail, liderado por su compañero de equipo y amigo Tòfol Castanyer. Su registro también incluye marcas no oficiales de algunas de las rutas más emblemáticas, como la High Route Chamonix-Zermatt, la Nolan s14 en USA, así como muchos otros récords en los Pirineos.
Sus grandes gestas quedan plasmadas y destacadas en su biografía Iker Karrera. Bidea Ipar, obra del periodista Unai Ugartemendia. Aunque su retirada oficial fue en 2018, en el libro deja caer que ya en 2017, en la ruta de Colorado Nolan s 14, vio que no había otro camino y que “lo natural” era dejar la elite tras trece años en activo: “Cada vez se me hacía más complicado compaginar la vida familiar con los entrenamientos y la dedicación que exige la larga distancia”.
Asegura que jamás se ha planteado dejarlo todo por el deporte. “Si me lo hubiese planteado, igual lo hubiese podido hacer, pero nunca lo he pretendido. Los que tenían la obligación de sacar el pan del deporte, lo han vivido de otra forma. Yo me he podido permitir una lesión, por ejemplo, o estar una temporada sin hacer nada. Siempre me he sentido libre de elegir las carreras en las que he participado y, en ese sentido, he sido privilegiado”, admite.
Uno de los empeños de Karrera es desmitificar el mundo de las carreras de montaña. “Creo que a veces no somos muy fieles con nosotros mismos y vendemos una idea demasiado idílica de este deporte; la pasión, la libertad, la naturaleza... pero no, debajo hay otras motivaciones y necesidades que completan este deporte. Sin embargo, en las entrevistas no sale eso, sino lo que los seguidores quieren oír. Ocurre en todo y en todos los deportes, pero en Euskal Herria los montañeros y la montaña están en un pedestal”, sentencia Karrera.
Reconoce que con el tiempo ha ido asumiendo “el espectáculo” que rodea al deporte. “Si no lo asumes, debes dejarlo. Cuando ves que todo eso, es decir, el espectáculo y las redes sociales, van cogiendo más peso que los resultados deportivos, admites que tu tiempo está acabando”, afirma. Y es que una de las reflexiones que se desprende del libro es la sensación de “incomodidad” que ha sentido estos últimos años ante las redes sociales.
“No estoy dispuesto a dar de comer a cualquier precio y todos los días a las redes sociales. Por eso digo que Nolan me abrió los ojos y acepté que no tengo por qué dar resultados ni en el deporte ni en las redes”, explica.
Durante su carrera deportiva ha corrido por las montañas volcánicas de Chile, las Rocosas de Colorado, el entorno de Yosemite, los Picos de Europa, los Alpes, los Dolomitas, el entorno del monte Fuji en Japón, en Filipinas y hasta alrededor de un volcán activo en la isla de La Reunión.
“Detrás de un país hay culturas y personalmente me ha llenado mucho conocer otros lugares y gentes. A día de hoy ciertos logros deportivos han quedado en un plano secundario, y me quedo con la gente que he conocido y las experiencias que he vivido, que es lo que me llena, aunque algunos logros deportivos me han dado satisfacciones”, declara Iker Karrera.
El mundo de las carreras de montaña está cambiando tanto que, asegura, ya hay ciertas impresiones que aparecen en el libro que “matizaría”, porque su visión está cambiando día a día. “El mundo se está transformando y la situación de crisis que estamos viviendo va a acelerar ciertos cambios que ya venían”, sostiene.
Hay tres aspectos que tiene claros: se va a profesionalizar el ultratrail, hay carreras que van a desaparecer ante “una selección natural” y ve un mercado para desarrollar actividades individuales creando una marca propia como deportista, por ejemplo, promocionando productos audiovisuales. Una de las muchas reflexiones de su biografía.