La profesión de entrenador siempre suele ser de alto riesgo en cualquier modalidad deportiva. Si bien es cierto que cada uno de los dirigentes baloncestísticos es diferente al otro, a la postre tienen más semejanzas de las que se creen. En realidad, si de dar confianza a un técnico se trata, todos actúan bajo un denominador común y movidos por los mismos parámetros: básicamente según la relación existente entre la situación del equipo, la satisfacción y el rendimiento.

Los directivos suelen gozar de una innata facilidad para apretar el gatillo y prefieren cortar una cabeza antes que doce, pero lo sucedido este verano ha resultado sorprendente. Y es que apenas se han registrado cambios en los banquillos de la Euroliga y la ACB, donde el inmovilismo ha sido la tónica predominante apostándose en esta ocasión por una sorprendente continuidad.

Fuera de las fronteras, únicamente habrá tres caras nuevas. El siempre controvertido Sasha Djordjevic, cuyo fracaso en Bolonia fue una realidad tras no poder conducir al rutilante proyecto de la Virtus a la Euroliga, ha recibido en el último instante la llamada del Fenerbahce después de que Igor Kokoskov optase por regresar a la NBA como ayudante de Jason Kidd en los Mavericks.

Además, destaca el regreso al primer plano de un viejo conocido de la afición baskonista. Velimir Perasovic estaba en el paro desde su despido en Vitoria en diciembre de 2019, pero ha recibido el encargo de hacer del Unics Kazan una alternativa de poder en Europa. Desde luego, por falta de dinero no será, ya que el club ruso ha puesto a su disposición una plantilla notable para, al menos, pelear por el Top 8.

El croata ha cogido el testigo del griego Dimitris Priftis, que tras siete años lejos de Atenas -los cuatro últimos precisamente en Kazán, donde alcanzó el cielo el pasado curso conduciendo al conjunto de los Urales a la Euroliga- se ha propuesto enderezar el rumbo de un decepcionante Panathinaikos.

En la Liga Endesa, más de lo mismo. De los 17 entrenadores que concluyeron la pasada edición liguera sin haber descendido a sus equipos, tan solo Luis Casimiro -siempre de ingrato recuerdo para el baskonismo por aquel título que le arrebató cuando dirigía al Manresa- no continuará en España.

El manchego ha dejado el Zaragoza para convertirse en el nuevo timonel del Promitheas Patras heleno. Su vacante en tierras mañas será ocupada por Jaume Ponsarnau, despedido por un Valencia Basket que buscará un salto de calidad con la llegada de Joan Peñarroya.

Precisamente el hueco originado en Burgos por el adiós del catalán ha sido rellenado por otro entrenador con pasado en el Buesa Arena como Zan Tabak. El otro rostro novedoso respecto a la pasada temporada es el de Paco Olmos, escogido por el recién ascendido Breogán para su reencuentro con los grandes de la canasta.

En definitiva, los cambios se cuentan en ambos torneos con los dedos de una mano y la tónica general ha sido la de dar continuidad a los proyectos. Algo impensable en otros tiempos, desde luego. El entrenador más veterano de la ACB será Dusko Ivanovic, que el primer día de septiembre cumplirá 64 primaveras.

Liga Endesa. Francisco Monjas ha llegado a un acuerdo con la ACB para concluir su labor como director de arbitraje, cargo que ocupó durante dos periodos (1998-2002 y 2013-2021) y que ahora será asumido por el exárbitro José Antonio Martín Bertrán, según informó ayer la patronal. A partir de ahora, asume la función el colegiado con más partidos dirigidos en la ACB (1.160) y que a lo largo de sus 32 años impartiendo justicia tuvo la oportunidad de dirigir diez finales de Copa del Rey, tres de Supercopa Endesa y 24 partidos del 'play off' final. Su último arbitraje tuvo lugar en la semifinal de la Supercopa 2020, donde recibió un homenaje.