- Iñigo Peña era una de las esperanzas vascas para conseguir una medalla olímpica en Tokio. Su historial en el K2 1.000 metros junto a Paco Cubelos hacía presagiar un metal. No obstante, ambos piragüistas entraban en todas las quinielas gracias a los dos subcampeonatos del mundo, con récord mundial incluido, que lograron durante el ciclo. Sin embargo, ayer no fue el día para el palista de Basque Team, que terminó su periplo por la capital nipona en la sexta posición. Con un diploma olímpico que le dejó un regusto muy amargo. “Estamos un poco tocados. El objetivo era la medalla y no ha podido ser. Queríamos redondear el ciclo olímpico y no ha podido ser”, admitió Peña tras la prueba. Con todo, la final de esta modalidad deparó un regata rapidísima, en la que se vendieron muy caras las medallas. Así, Peña y Cubelos, con un tiempo de 3:17.327, se quedaron a más de dos segundos de los australianos Green Thomas y Jean van der Westhuyzen (3:15.280), oro; lejos de los alemanes Max Hoff y Jacob Schopf (3:15.584) y apenas olieron el bronce de los checos Radek Slouf y Josef Dostál (3:16.106).
Sin embargo, las cosas comenzaron a torcerse mucho antes para el zumaiarra, puesto que en la semifinal ya se intuyó que la lucha por las preseas iba a ser durísima. De esta forma, Peña y Cubelos optaron por guardar fuerzas. Reservar los brazos. Esta decisión les pasó factura puesto que enfrente tuvieron a embarcaciones muy potentes como la alemana, que lideró toda la tanda. Sin oposición. Así, en las semifinales, Peña y Cubelos terminaron en la cuarta plaza, la última que otorgaba billete, lo que les llevó a disputar la final en la calle ocho, donde el viento golpeaba con más fuerza. En contra de los intereses del palista de Basque Team. Con todo, Peña no quiso que esto fuera una excusa para eludir el modesto resultado: “En la semifinal hemos querido guardar fuerzas porque las dos carreras eran muy seguidas y el cuarto puesto nos ha llevado a la calle ocho. En principio eso no era problema porque nos gusta ir por fuera, haciendo nuestra regata. Luego hemos visto que las calles uno, dos, tres y cuatro, estaban más resguardadas, aunque no es excusa”.
Ya en la final, Cubelos y Peña realizaron una buena salida, lanzando bien el bote. Sin embargo, a los 250 metros ya habían sido superados por cuatro embarcaciones. Y, a los 500, eran séptimos. Intentaron remontar y, aunque mantuvieron la misma posición al paso por la referencia de los 750 metros, en el sprint final lograron apurar una posición para acabar sextos en una final de la que esperaban mucho más.
“No sé si estamos decepcionados o tristes. Quizá tristes, porque lo hemos dado todo. Pensábamos que estábamos suficientemente preparados para conseguir la medalla. Pasamos las otras dos rondas con cierta solvencia e incluso guardamos algo de fuerzas para la final, pero no fue suficiente. Lo hemos intentado todo, así que en ese sentido hay que estar satisfechos”, concluyó Cubelos. Y Peña le dio la razón: “Habíamos trabajado mucho para poder estar en el podio, pero esto es piragüismo y puede pasar. Esta vez estábamos más expuestos. Era difícil porque había viento en contra. Hemos sido sextos, una buena regata, pero nos quedamos con la sensación de que nos faltó un pelín”.
Ahora, Peña solo quiere regresar a casa para tomarse un merecido descanso lejos de la piragua: “Ha sido un ciclo largo, de cinco años y con la pandemia de por medio. Ahora tenemos que recargar pilas y luego ya veremos”.
“Estamos un poco tristes, el objetivo era la medalla para redondear el ciclo olímpico”
Piragüista de Basque Team
“Lo hemos dado todo y en ese sentido estamos satisfechos, pero creíamos en el podio”
Piragüista