- El juzgado de instrucción número 2 de Cornellá admitió a trámite la querella de la Fiscalía de Barcelona contra dos seguidores del Espanyol por insultos racistas cometidos contra Iñaki Williams durante el encuentro que enfrentó a los catalanes con el Athletic el pasado mes de enero. Esta es la primera querella que la Fiscalía de Delitos de Odio de Barcelona presenta. El ministerio público pide diligencias contra los dos aficionados, ya identificados, debido a que considera que se cometen delitos contra los derechos fundamentales y las libertades públicas en su modalidad de lesión de la dignidad de las personas por discriminación por su nación u origen nacional.
El incidente por el que se desarrolló esta querella ocurrió el 25 de enero en el partido entre el Espanyol y el Athletic en Cornellá. En el minuto 69, Williams fue sustituido y abandonó el campo por uno de los fondos. En ese momento, varios gritos racistas llamaron la atención del jugador rojiblanco, que se encaró con la grada como respuesta. La Liga presentó una denuncia a la Fiscalía y esta decidió abrir una investigación en colaboración con los Mossos d’Escuadra. El propio Williams también denunció lo sucedido cuando se produjeron los hechos. “Me marcho triste. He sufrido insultos racistas, es algo que ningún jugador quiere oír, que está fuera de lugar. Es un día triste. Todos somos personas, da igual la nacionalidad o el color de la piel. La gente tiene que venir a disfrutar, no a insultar por ser de otro país y otro color”, apuntó al término de aquel encuentro. El delantero bilbaino recibió muestras de apoyo por parte del mundo del fútbol, entre ellas, la del Espanyol que condenó “tajantemente” lo sucedido.
En la querella presentada queda apuntado que “la grada del Espanyol despidió al jugador gritándole uh, uh, uh, uh, una onomatopeya que reproduce los sonidos emitidos por los monos y que ha sido proferida en diversas ocasiones por grupos de aficionados de distintos países para menoscabar la dignidad de los futbolistas de raza negra”. El ministerio público sostiene que los insultos contra Williams fueron “gritos de menosprecio hacia su persona, con la idudable intención de humillarle y lesionar su dignidad por motivos racistas”.
La policía autonómica catalana identificó a los supuestos autores de los insultos después de examinar las cámaras de seguridad y gracias a la información facilitada por el Espanyol sobre los titulares de las localidades de donde procedían los gritos. Las autoridades localizaron a tres individuos que supuestamente fueron los autores de los gritos racistas contra Williams. Uno de ellos no será procesado debido a que es menor de edad, mientras que los otros dos fueron llamados en calidad de investigados para recoger su testimonio sobre los hechos. Uno de ellos, J. C. M. A. se acogió a su derecho de no prestar declaración mientras que el otro, K. B. G., no se presentó en la comisaría.
Esta querella es otro paso más en la lucha contra el racismo en los eventos deportivos y Williams reconoció su felicidad por las acciones tomadas por la Fiscalía de Delitos de Odio de Barcelona. “Estoy muy contento con que la fiscalía se haya querellado contra los individuos que me ofendieron con insultos racistas. Creo que es un paso muy importante. Estamos en una sociedad que tiene que haber cambios y este es uno de ellos”, comentó Williams en declaraciones ofrecidas por la Euskal Selekzioa. El delantero del Athletic aprovechó para mandar un mensaje reivindicativo y volver a pedir una vez más el fin de la discriminación. “Independientemente del color de la piel, raza o pensamiento o ideología, todos somos iguales. Por eso nos tenemos que respetar unos a otros. Estoy muy contento y quería dar las gracias por los mensajes de apoyo recibidos”, agradeció. Williams espera que esto suponga un punto de inflexión y también lanzó un claro mensaje en sus redes sociales: “Ojalá sea el primer paso para acabar con el racismo. Tolerancia cero”.
Ahora es el turno del juzgado de instrucción número 2 de Cornella de analizar los hechos y en caso de que considere punible lo sucedido, las condenas pueden llegar a ser de tipo penal, lo que correspondería una pena de cárcel entre seis meses y dos años.