El árbitro alemán Babak Rafati dejó ayer la hospital donde fue tratado en Colonia, dos días después de su intento de suicidio que ha causado una conmoción en el fútbol alemán. El presidente de la Liga Alemana de Fútbol, Reinhardt Rauball, apeló a que se revise la actitud que suele tenerse ante los árbitros.
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