Se veía venir. La posibilidad de tormentas estaba sobre la mesa desde hace días y las previsiones se cumplieron. Hasta aquí todo normal. No es la primera vez que el Azkena Rock Festival se vive con lluvia y mucha. Pero la situación ha llegado a tal punto que el recinto que tenía que haber abierto sus puertas a las cinco, no lo ha hecho hasta hora y media después, con bastante gente esperando en la puerta, sin ninguna explicación por parte de la organización a través de ningún canal. 

En estas circunstancias, los conciertos de Brigade Loco y Ezpalak han quedado suspendidos. No han sido los únicos porque el tercer escenario ha quedado inutilizado al principio y Nat Simons & Cherie Currie no han podido actuar. El espacio Trashville ha sido el primero en hacer acto de presencia con Lost Cat, una buena opción para estar bajo techo ante la que caía fuera. Poco antes de las siete, Nick Saloman y The Bevis Frond han apostado por salir al escenario Respect a pesar de que su actuación se ha visto reducida en el tiempo. Aún así, el veterano músico no se ha amilanado, lo que ha agradecido el público.

Amanda Shires Josu Chavarri Erralde

El ir y venir de público por el recinto ha sido continuo, todo ello bajo la lluvia. Con un ojo en el cielo, otro en el móvil para ver cómo iban las previsiones y los oídos en la música, ha llegado Amanda Shires, es decir, la suavidad y la elegancia de la cantautora norteamericana. Seguramente la suya no era la propuesta dadas las circunstancias, aunque también ha tenido su punto el hecho de escucharla mientras el agua ha seguido cayendo del cielo.

La meteorología ha influido y mucho en el aspecto de Mendizabala, que cualquier otro sábado habría estado a tope. Aún así, se ha ido sumando gente según han ido pasando las horas. Así que el desfile de paraguas, chubasqueros y demás parafernalia ha sido constante. Ahí que se ha presentado Ana Popovic dispuesta a colmar las expectativas de muchos de los presentes, que tenían grandes esperanzas en su actuación.

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Lost Cat Jorge Muñoz

Ella ha puesto de su parte para que el personal saliera satisfecho, a base de una buena sesión de blues. En un registro bien diferente, The Nude Party se han estrenado en el ARF constatando que aunque no hayan inventado la pólvora, los sonidos ya conocidos siguen siendo actuales si se les trata como se merecen. La de Vitoria ha sido su primera actuación en la península (a pesar de que llevan una década en activo), así que han aprovechado la ocasión para dejar sobre el escenario argumentos para que su tarjeta de visita sea recogida por algún programador. Ya se verá.