“Cuando nos juntamos las mujeres, salen cosas bonitas”. Es una frase dicha en la presentación de Sobre la tierra, bajo la sombra que tiene muchas más capas de las que puede parecer en una primera lectura. Creadoras alavesas de distintas disciplinas se encuentran en este proyecto que ahora se expone en la sala Amárica, aunque no es una propuesta cerrada puesto que la ciudadanía no solo puede venir a ver, también puede aportar sus propias imágenes. Todo en torno a las que fueron, las que son y las que serán mujeres rurales.
La palabra y la fotografía. Estos son los dos lenguajes que se ponen en conversación en el céntrico espacio expositivo para dar forma y fondo a una propuesta que se va a poder compartir hasta el próximo 1 de febrero de 2026. En el principio de todo este desarrollo se encuentra un ensayo de la arquitecta e investigadora Leire Milikua, que sirve también para bautizar esta muestra colectiva, esta mirada individual y al mismo tiempo compartida que quiere “reconocer a la mujer rural de antes” y “valorar a la mujer rural de hoy”, como explica Ana García Hermoso, presidenta de la Sociedad Fotográfica Alavesa.
Es esta entidad el motor de un camino que tuvo su arranque en un retiro realizado por las creadoras invitadas a participar tomando como eje el trabajo de Milikua. “Todas y cada una de nosotras tenemos voz”, como recuerda Rocío López, comisaria de la propuesta, pero no solo refiriéndose a las fotógrafas y escritoras presentes en la exposición, sino a todas las mujeres, también a aquellas cuyas imágenes se sumen a lo largo de las próximas semanas gracias a esa sala abierta en Amárica para poder aportar fotografías y, por tanto, historias de vida.
Las creadoras
“Se nos han quedado muchas cosas en el tintero que podríamos haber desarrollado”, admite García Hermoso. Es evidente tanto por la temática elegida como por la personalidad, capacidad y talento de cada una de las mujeres que toman parte.
Detrás de la cámara han estado nombres que no necesitan de presentación. Yohana Baena Hernández, Sara Berasaluce Duque, Ana Blanco Jiménez, Ani Chkhartishvili, Yone Estivariz Urraca, Ana García Hermoso, Eneritz Uriarte Maeso y Mary Zurbano Gauna son, por separado, fotógrafas a seguir siempre de cerca.
La palabra viene dada por otras mujeres del sector cultural de Álava de sobra conocidas. Arantza Cordero, Ángela Mallén, Carmen San Esteban y Susana Teruelo Pérez son firmas a las que siempre recurrir y estar atentos.
Esa suma, que en realidad multiplica, no se queda en ellas, eso sí. En las paredes de Amárica también escribe otra historiadora, divulgadora e investigadora infatigable como es Isabel Mellén. En conjunto, gracias a ellas y a su labor, la exposición, como explican desde la Diputación Foral de Álava, ofrece un espacio para visibilizar, escuchar y reivindicar la diversidad de voces y perspectivas de las mujeres que habitan y construyen el entorno rural, poniendo en valor su presencia, sus narrativas y sus paisajes. Todo ello desde el centro de la ciudad.