Al primer encuentro acudieron 13 personas. Nada que ver con el alto número de asistentes que al poco tiempo de aquel debut fue teniendo Cita con la Poesía. Hoy, la iniciativa puesta en marcha por Ángela Serna, está viviendo su vigésima edición, un aniversario redondo para celebrar el camino ya realizado por esta referencial apuesta llevada a cabo desde y para la capital alavesa. En el arranque, sucedía los jueves y un poco más tarde. Ahora discurre, también una vez al mes, los viernes a las 19.00 horas. Lo que permanece es el escenario, la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa.
“Necesito la poesía como respirar”, afirma Serna. “Tengo la necesidad de alimentarme de la poesía. Y cuando algo es tan nutritivo para una misma, lo que quieres es compartirlo con otras personas”. Ahí está el fundamento de una propuesta que a lo largo de estas 20 ediciones ha contado con numerosos formatos. “Empezamos contando con poetas para luego ir sumando rapsodas, pero también propuestas con músicos, bailarines, performers... Hemos tenido todo tipo de acercamientos a la poesía”, también siguiendo, por ejemplo, la senda del rap. Para completar todo ello, por el ciclo han pasado desde premios nacionales y de la crítica hasta voces silenciadas y olvidadas, pasando por un amplio abanico de perfiles.
“La gente se ha dado cuenta de que cuando casi todo está perdido, la poesía ayuda a reflotarnos, a subir, a respirar un poco”
“Me gusta siempre traer voces diversas, tanto las que tienen una trayectoria como aquellas que son desconocidas. También busco traer poetas de todas las comunidades autónomas. Y hubo un tiempo en el que pudimos traer a poetas de Italia y Francia”, explica Serna, quien asegura que hoy “Cita con la Poesía funciona sola. Si mañana me fuera, esto podría seguir perfectamente con otra persona, sin ningún problema”.
Para recordar
Aunque su iniciativa ha mantenido sus fundamentos invariables durante este tiempo, la escritora apunta que la que ha cambiado es ella. “He crecido porque me he puesto en contacto con muchos poetas y su poesía”. De hecho, se le agolpan en la memoria los encuentros de los que ha disfrutado de manera especial. “Ha habido varias Citas que me han tocado especialmente. Bastantes diría yo. Por ejemplo, cuando vino Amalia Bautista. Es una de las primeras poetas que yo empecé a recitar en su momento y se convirtió en una especie de amuleto para mí. Me encantaba esa mujer y poder traerla fue increíble”.
En ese amplio listado también aparece la referencia a cuando acudieron a Gasteiz Ángel Guinda, que falleció en 2022, y Ángel Petisme, una tarde “en la que acabamos todos cantando a Labordeta”. Pero tampoco se olvida de la sesión que protagonizaron Martirio y Juan Cobos Wilkins. O de los momentos compartidos con José Corredor Matheos, “que era todo sabiduría y humanidad”. Claro que aquí también estuvo Antonio Méndez Rubio, “que tiene un lugar de decir completamente distinto a la mayoría de las personas que vienen a las Citas y que provocó una conversación muy interesante”.
En el inicio
Fue en Ignacio Aldecoa, con Teresa Castro en la dirección en aquellos años, donde Serna encontró eco para su idea hace dos decenios. “Era un momento en el que estaban sucediendo muchas cosas”, recuerda la escritora. Su paso por el festival francés Voces del Mediterráneo fue un punto de inflexión para ella. También para ir conformando lo que sería Cita con la Poesía tuvo su peso la celebración en Gasteiz del octavo Encuentro Internacional de Mujeres Poetas, sin perder de vista la creación, por parte de Fundación Mejora, de dos certámenes de poesía. Todo ello ocurrió en 2005, año en el que la revista Texturas, que llevaba activa desde 1989, dejó de existir.
“Hay mucha gente que no falla ni una vez y acude a escuchar poesía e irse con un suspiro en el cuerpo y una caricia en el alma”
Con todo eso sobre la mesa, a lo que se sumaba la realización de recitales en lugares de lo más diverso –desde la cárcel hasta distintas librerías, pasando por bares, pueblos...–, ella presentó a las instituciones un proyecto para hacer un festival de poesía en Vitoria que fuera similar al que había vivido en Francia. Eso no cuajó pero el deseo de “traer poetas y compartir su poesía” no cejó. Así nació Cita con la Poesía. “La ofrecí a la Casa de Cultura, donde la acogieron” y en donde hoy, con Enrique Uriarte al frente, “siguen apostando por ella”.
Junto a la ciudadanía
“Hay personas que siguen viniendo y que están prácticamente desde el principio”, dice con una sonrisa Serna. Eso sí, en estos años, el abanico del público se ha abierto mucho, también cuando se han realizado encuentros marcados por la música o la danza, por ejemplo. “Me gustaría que viniese más gente joven, pero la poesía llega a donde llega y cuando llega. Si alguien se tiene que encontrar con la poesía, se va a encontrar. Pero no a todo el mundo tiene que llegarle la poesía o lo que hacemos. Podemos ofrecer algo que creemos que, en este tiempo que vivimos, viene bien, ayuda, reconforta y remueve. Pero no puedes obligar a nadie que le guste la poesía”.
Más allá de esto, Serna cree que Cita con la Poesía ha cumplido con lo que, por lo menos ella, esperaba de la iniciativa. Además, desde hace unos pocos años, los encuentros están también disponibles online gracias a su canal de Youtube y la presencia en el mundo virtual de Ignacio Aldecoa. Lo cierto es que “fuera de Vitoria hay mucho interés por Cita con la Poesía. Hoy parece que hay un ansia por acercarse a la poesía porque la gente se ha dado cuenta de que cuando casi todo está perdido, la poesía ayuda a reflotarnos, a subir, a respirar un poco”.
Así se escribe en la historia de un ciclo que nació a las puertas de una crisis económica y que pudo llevarse a cabo incluso en pandemia. “Necesitamos compartir con otros y eso lo vemos aquí; hay mucha gente que no falla ni una vez y acude a escuchar poesía e irse con un suspiro en el cuerpo y una caricia en el alma”. Así va a suceder en los próximos meses y en las siguientes ediciones. “Me queda mucha gente por traer”, sonríe Serna. En esta temporada, por ejemplo, se va a quitar una espinita. “Llevo más de ocho años queriendo traer a Ada Salas, pero la admiro tanto que hasta ahora no me he atrevido a contactarla”. Pero hay más deberes pendientes, todos ellos con los que “seguir aprendiendo”.