El colectivo laudioarra Zikin de arte urbano comenzó la semana pasada con las tareas de pintado de la intervención artística que va a exponer en el espacio Kulturlab de la calle Elexalde, del 14 al 31 de este mes. El colectivo compuesto por jóvenes personas grafiteras realizará una acción artística a medio camino entre la exposición y la acción callejera, diluyendo las fronteras entre el arte reconocido y al arte maldito, y animando al público a reflexionar sobre el carácter del arte y sus prohibiciones a lo largo de la historia.

“Lo que para algunos es vandalismo para otros es la máxima expresión artística y el hecho de que sea prohibido no le resta valor, si juzgamos otras expresiones artísticas que en su día fueron denostadas y hoy ocupan los lugares privilegiados de los museos”, han señalado desde Kulturlab. No en vano, prestigiosos museos por toda Europa ofrecen exposiciones monográficas destinadas al arte urbano, por lo que resulta conveniente repensar esta realidad.

Lo que para algunos es vandalismo para otros es la máxima expresión artística y el hecho de que sea prohibido no le resta valor, si juzgamos otras expresiones artísticas que en su día fueron denostadas y hoy ocupan los lugares privilegiados de los museos

En este sentido, se anima a visitar la muestra bautizada con el nombre de Arte prohibido y acercarse sin miedos ni prejuicios a un tipo de arte contemporáneo tan excitante como controvertido. En esta ocasión, dada la brevedad de la exposición y las fechas festivas en que se celebra (entre los días 14 y 17, 21 y 24, y del 28 al 31 de agosto), el horario de apertura se ampliará, abriéndose también los viernes por la mañana (de 12.00 a 14.00 horas) y los domingos por la tarde (de 18.30 a 20.30 horas). La inauguración de este jueves, por su parte, será a las 20.00 horas; y, el día 29 de agosto, a las 13.00 horas, habrá una pequeño acto de visibilización del arte urbano en el que se podrá charlar con las autoras y autores de la exposición.

Nuevos murales

De forma previa, ya desde principios de julio los muros de la Avenida Zumalakarregi y Zubiko Malekoia que acogen el proyecto Bigarren Azala-Segunda Piel, para dar visibilidad a pie de calle a los artistas del pueblo, también se han dejado en manos de autores anónimos y anónimas de graffitis laudioarras, que han titulado la intervención como El arte aprende a vivir sin permiso. “No lo entenderías. La mayoría de la gente no lo mira, y si lo mira, no lo ve. Algunos lo observan con mala cara; se preguntan quién lo ha hecho y por qué. Otros pasan sin pensar, como si fuera otra mancha más en la calle. Pero para quienes salimos de noche con la mochila a la espalda y para quienes el sonido de los aerosoles se asemeja a los latidos, el graffiti no es solo una mancha, ni un acto de rebeldía ni una búsqueda de emociones; es una forma de gritar estoy aquí, mírame y no me borres más. Nos hace sentir vivos”, han explicado quienes no aspiran a entrar en galerías ni necesitan marcos de cristal.

Nuestro arte no está en venta. Nace en la calle y se queda en la calle. Es autodidacta: el conocimiento pasa de generación en generación, sin palabras, pero dejando huella.

“Nuestro arte no está en venta. Nace en la calle y se queda en la calle. Es autodidacta: el conocimiento pasa de generación en generación, sin palabras, pero dejando huella. El poder lo quiere todo bajo control, todo ordenado. Anuncios pagados, carteles oficiales… El graffiti rompe esa lógica y le da un respiro al caos. No tenemos permiso, ni lo necesitamos. El arte aprende a existir sin pedirlo. También es una forma de resistir con color. Y sin esperar nada a cambio, le damos color al mundo gris que pretenden vendernos. La próxima vez que veas un muro pintado, no juzgues de inmediato”, han apostillado.

De cara a septiembre, el espacio Kulturlab ya ha avanzado que albergará una nueva exposición de obras de Jabi Herrero, así como un segundo ciclo de conferencias sobre el proceso creativo de mujeres artistas alavesas contemporáneas. Asimismo, para el 11 de septiembre se ha preparado una tercera edición del exitoso cursillo de ecoimpresión botánica, para el que ya se han abierto las inscripciones en www.kulturlab.info. Cuesta 15 euros y las plazas son limitadas.