Fue el pasado otoño cuando el proyecto empezó a dar los primeros pasos. En esencia, se trataba de invitar a los vecinos y las vecinas de Adurtza y San Cristóbal a “reimaginar” el futuro a través de las herramientas del arte. A lo largo de estos meses, muchas han sido las aportaciones e importante la labor, un trabajo que ahora cristaliza en una exposición final y la edición de un fotolibro.

De hecho, desde este jueves, el proyecto Barrio Creativo entra en su fase final. Es en Hibridalab donde se abre la muestra resultante. A través de imágenes y textos, la exposición recoge las memorias, transformaciones y huellas de la vida cotidiana. A partir de ahí, se realiza una invitación a mirar a Adurtza y San Cristóbal con otros ojos y descubrir todo lo que sucede “a este lado de las vías”, como describen desde el espacio ubicado en la avenida Miguel de Unamuno.

Josetxu Silgo, curador de la exposición, resalta el carácter colectivo de la selección: “no queríamos una exposición puramente estética, sino una narración coral. Las imágenes dialogan entre sí y con el proceso vivido; hablan del barrio tal como es, fue y cómo podría llegar a ser”.

Proyecto comunitario

Barrio Creativo es una iniciativa impulsada por Hibridalab, Centro de Innovación Abierta y Transferencia Creativa de Álava, con el objetivo de activar la creación cultural desde los barrios, generando nuevos públicos y fortaleciendo el ecosistema creativo local. A través de la fotografía y de una metodología participativa, el proyecto ha conectado a residentes con artistas y agentes culturales para construir una visión compartida de San Cristóbal y Adurtza.

Durante más de seis meses, decenas de participantes han recorrido diferentes espacios cámara analógica en mano, fotografiando desde lo cotidiano hasta lo imaginado. Han trabajado con artistas y profesionales del ámbito cultural en talleres sobre memoria, identidad y futuro, construyendo colectivamente una narrativa visual y comprometida.

Para Miren Martín, directora gerente de Hibridalab, Barrio Creativo es “un excelente ejemplo de cómo el arte, en este caso la fotografía, puede actuar como motor de transformación social desde lo cotidiano, generando procesos donde la creatividad se entrelaza con la participación comunitaria. Apostamos por una cultura que nace del cruce entre disciplinas, priorizando la participación activa y la diversidad de perspectivas, lo que permite la generación de ideas innovadoras y soluciones creativas”.