Solo hay que vivir o trabajar en Adurtza o en San Cristóbal. No hace falta tener ninguna experiencia o conocimiento creativo previo. A partir de ahí, lo único que se pide son ganas de hacer y de colaborar. Es lo básico para tomar parte en Barrio Creativo, una experiencia que quiere reimaginar, a través del arte, ambas zonas de la capital alavesa. Quien esté interesado y no lo haya hecho ya, tiene hasta el próximo martes 22 para apuntarse. Todo lo demás quedará en manos de Hibridalab y de un equipo de nombres propios de la cultura alavesa comandados por el fotógrafo Josetxu Silgo, comisario del proyecto junto a In Situ Art.
“Yo vine con el embrión de la idea y aquí la hicieron crecer” dice con una sonrisa el artista. En todo caso, el planteamiento general se explica en pocas palabras: se quiere, junto a los vecinos y vecinas, adentrarse en el ayer, retratar el hoy y ser capaces de imaginar un mañana. Bueno, o tal vez varios. “Se busca que la gente pueda reflexionar sobre cómo es su barrio y cómo quiere que sea” comentan Leyre Arana y Aiskoa Pérez, parte del equipo del Centro de Innovación Abierta y Transferencia Creativa de Álava, Hibridalab.
Hasta el próximo martes, las personas interesadas en tomar parte se pueden apuntar sin que sea necesario ningún conocimiento artístico
“Es una oportunidad para conocer la historia y para trabajar sobre el futuro. Es un reto participativo muy importante y novedoso”, añade José Ángel Lekuona, de la asociación de vecinos Adurtzakoak. “Es una ocasión para entender mejor el lugar en el que vivimos e intentar aventurar el mañana, por lo menos el que queremos que sea”.
Trabajo colaborativo
A la espera de que la participación final sea lo más diversa posible, hay un eje básico en todo este proceso que es el hecho de realizar el camino en común. Por eso se solicita que “se tenga ganas de pensar y repensar los espacios públicos de los barrios y que haya ganas de trabajar con otras personas a través del arte”, describe Pérez en torno a una propuesta que está financiada por el departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco.
El eje del programa, en el que también colabora Habemus Estudio, se basa en dibujar el pasado, el presente y el futuro del barrio. ¿Cómo lo van a hacer? A través de unas cámaras analógicas, de carrete. Todo esto se va a canalizar a través de una serie de talleres y sesiones que van a ser los lunes a la tarde entre finales de este mes y febrero del año que viene. Aquí va a ser esencial la participación de artistas y agentes culturales como Ane Gebara, Sara Berasaluce, María Azkarate, Saioa del Olmo, Alejandra Bueno y el equipo de Conexiones Improbables.
En 2025, tanto en el exterior de Hibridalab como en comercios y establecimientos de los barrios se expondrán los resultados fotográficos
Cuando este proceso termine, se recopilará todo el material fotográfico obtenido, se entrará en la fase de edición y selección de imágenes, reflexionando sobre qué cuenta cada una, qué discursos de barrio hay en ellas, qué dice y qué no. Todo esto se plasmará en una gran exposición final en el exterior de Hibridalab, acompaña por muestras de pequeño formato que se realizarán por establecimientos y comercios de San Cristóbal y Adurtza. Además se editará un fanzine.
De la memoria a lo no escrito
Generar nuevos públicos culturales, estrechar lazos entre Hibridalab y su entorno geográfico y vital, dar a conocer a los vecinos y vecinas a agentes culturales de la ciudad que viven o trabajar en estas zonas, contactar con las nuevas generaciones por ejemplo a través de la colaboración con el alumnado del Bachillerato de Artes de Federico Baraibar... los objetivos y alicientes de la propuesta son varios.
Pero siempre desde esa idea básica de trabajar con el ayer, el hoy y el mañana de Adurtza y San Cristóbal. En el primer aspecto, por ejemplo, se va a hacer un trabajo con esos archivos fotográficos que cualquiera tiene en casa o en su comercio, negativos y fotografías que son testimonio de un pasado reciente. No se trata, eso sí, de irse a 1025, cuando aparece la primera referencia escrita de la existencia de Adurzaha.
En el segundo, va a ser fundamental el uso de esas 30 cámaras que se han adquirido para que los participantes retraten ambas zonas dentro de los parámetros que se definan durante el proceso. En el tercero, en lo que tiene que ver con reimaginar el mañana, “ojalá que salga algo que no está escrito o ideado todavía”.