“Mientras sigamos contándonos y recordando nuestros nombres, sobreviviremos al olvido y podremos gritar desde las brumas de la historia junto a la poetisa Safo: os aseguro que alguien se acordará de nosotras en el futuro”. Son palabras de Isabel Mellén. La filósofa, historiadora del arte, escritora y divulgadora alavesa resume así el espíritu del proyecto colectivo Ellas, nosotras, que desde ya se puede ver en la capital alavesa. Se trata de un trabajo en el que el ayer, el hoy y el mañana de las creadoras se reivindica, manifiesta y muestra. Así se puede compartir en la sala Amárica.
Hasta el 2 de febrero, quienes acudan a este espacio –donde se van a hacer, además, visitas guiadas y encuentros especiales con diferentes colectivos– encontrarán una propuesta que nace desde lo colectivo y desde la idea básica de que para cimentar el futuro y que las nuevas generaciones de creadoras puedan desarrollar su labor en un mejor escenario, es imprescindible tener presentes a las que fueron y a las que son.
Las protagonistas
Son 13 referentes de la cultura vasca. Algunas, ya no están. Otras sí y, de hecho, siguen en activo. Son Pilar Albajar, Ángeles Marco, Elena Asins, Malús Arbide, Mari Puri Herrero, Isabel Azkárate, Eulalia Abaitua, Amalia Avia, Juncal Ballestín, Menchu Gal, Mari Paz Jiménez Escudero, Esther Ferrer y Josune Amunarriz.
De sus creaciones y trayectorias nace obra nueva que ha sido generada por Ainhoa Iza, Ana García Hermoso, Ana Padró, Belén Urutxurtu, Charo Ramírez. Elena Mediavilla, Lorea Morlesín, Marta C. Dehesa, Mary Zurbano Gauna, María José Zamora, Rakel Rivera Hernando, Silvia Díez Menéndez, Tania Barrenetxea y la mencionada Isabel Mellén.
“Es un trabajo coral de investigación y participación”, explica la fotógrafa Rocío Bueno, impulsora y comisaria del proyecto realizado desde Gasteiz a través de la Sociedad Fotográfica Alavesa. Como ella explica, lo que el público se va a encontrar son diálogos visuales entre las artistas que se han escogido como referentes y las fotógrafas participantes. No se trata de que las segundas hayan hecho copias o interpretaciones de las primeras, sino que las han tomado como referencia para, desde sus intereses y características, generar nuevas piezas.
Retratos
“Ellas han sido la inspiración”, recalca Bueno, que pone el acento en la necesidad de recuperar pero, sobre todo, de reivindicar a las mujeres referentes en el arte, tantas veces olvidadas, minusvaloradas, acalladas y menospreciadas. Eso se hace poniendo en valor a las fotógrafas del hoy, teniendo siempre presentes a las que vendrán.
Cada artista participante ha trabajado sobre una referente. En algunos casos, están vivas y se han podido establecer diálogos y encuentros. En otros, se ha podido contar con testimonios de familiares y entidades vinculadas a los legados de estas creadoras.
Todas ellas, además, se reúnen en una de las salas paralelas de Amárica, donde aparecen los retratos, también intervenidos artísticamente, de las protagonistas. “Debemos salir en busca de nuestras madres, encontrarlas, abrazarlas y cogerlas de la mano par que nos guíen por el difícil camino de la existencia”, deja escrito Mellén.
Es evidente que queda mucho por hacer. También en el sector cultural. Es más, en estos momentos en los que hay quienes quieren echar por tierra lo mucho o poco conseguido, parece todavía más necesario ahondar en esta senda de recuperación, reivindicación y creación. Es imprescindible comprender y reconectar “con una generación de madres, abuelas y hermanas cuya memoria nos negaron, pero cuya obra todavía resuena con fuerza”. Así sucede en Amárica.