Desde que un conductor en Zabalgana se llevó por delante la vida de su hija Irene, la presencia del negro en la práctica artística de Rubén Díaz de Corcuera es una constante. “Seguiré trabajando con él siempre”, apunta el creador vitoriano. Un camino que desde este jueves se repasa en la exposición Una oscuridad impenetrable.

Va a ser a las 19.30 horas cuando se inaugure la muestra en Zas Kultur, donde permanecerá disponible hasta el 3 de agosto. Algunas de estas piezas ya se han podido ver en El Estado del Arte, la galería y taller que Díaz de Corcuera abrió en Zabalgana, aunque exponer en el espacio de la plaza San Antón es especial. “Aquí todo lo que se muestra se dignifica y eleva todo más; es un lugar de referencia para la cultura”.

Así lo explica quien tiene claro que “sé que lo que digo con mis obras es desagradable”, sobre todo para quienes creen vivir en un “paraíso” llamado Vitoria. “Pero puede haber infiernos” como el que se abrió cuando falleció su hija, una muerte provocada por un conductor irresponsable pero también “por no tener presente la importancia de la seguridad vial” en un punto que se venía denunciando desde antes del accidente mortal por los vecinos del barrio gasteiztarra.

Obra de Rubén Díaz de Corcuera en Zas Kultur Jorge Muñoz

De la primera a la nueva

En esta especie de antología de las obras creadas por el artista a lo largo de estos años con el negro como referencia, la exposición arranca con un primer dibujo creado en pleno confinamiento. Una obra que formó parte de una iniciativa de Zas, que propuso a varios artistas exponer en sus casas ante la imposibilidad de acudir a ningún sitio.

A partir de ahí, la propuesta hace un recorrido por diferentes piezas llevadas a cabo en este tiempo, todas ellas con el negro casi absoluto como elemento esencial. Es imposible usar el Vantablack, una sustancia hecha a partir de nanotubos de carbono que absorbe el 99,965% de la radiación de luz visible, puesto que el artista Anish Kapoor tiene comprados en exclusiva los derechos. Aún así, Díaz de Corcuera utiliza una pintura procedente de Japón que supera el 99,8% de absorción.

Obra de Rubén Díaz de Corcuera en Zas Kultur Jorge Muñoz

Con ese negro casi absoluto, se desarrollan diferentes propuestas, incluyendo también la obra inédita de esta exposición. Se trata de una pieza compuesta por una silla y una mirilla. Por supuesto, el mismo color es esencial y básico. 

“El negro tiene una reputación sombría”. Eso es así. Cuenta con valores “negativos” asociados a él, empezando por el duelo. Pero también “otros positivos” con los que “también me siento identificado” como la “renuncia, la honestidad o la independencia”. De todo ello quiere hablar esta muestra que ahora se abre al público desde el centro de la capital alavesa.