Casi no quedan huecos libres para disfrutar este viernes de Amparanoia y Artistas del Gremio, toda una fiesta llena de alegría en unos tiempos en los que esto parece cada vez más complicado.

Quedan menos de 20 entradas... 

–Es una alegría saber que tanta gente tiene ganas de ver la nueva propuesta. Aunque Amparanoia lleve casi tres décadas, con este proyecto y este encuentro con Artistas del Gremio estamos proponiendo algo nuevo dentro de lo conocido.

En una época en la que los dúos y los tríos son lo habitual, también porque lo económico tiene su peso, va usted y sube al escenario a una quincena de personas. 

–Es una manera de demostrar también que creemos en la colectividad. Es una manera de demostrar desde el escenario que hay que estar unidos y que queremos regalarnos este lujo de gozar con todo el equipo. De todas formas, a lo largo del año habrá conciertos por separado. Hemos acordado tener una relación abierta (risas).

Unidos defienden el disco ‘Fan Fan Fanfarria’, que es una manera de hacer casi nuevos viejos temas. 

–Exacto. Cuando celebré los 25 años de Amparanoia, si bien estaba muy contenta con el aniversario, también sentí que, a nivel creativo, necesitaba darle una vuelta de tuerca a las cosas, una actualización. Ya había pensado la idea de las bases electrónicas porque me gusta ese estilo. Y esto se juntó con el encuentro con Artistas del Gremio. Ahí vi realmente que podía cumplir el sueño de escuchar mis temas tocados de una manera txarangosa, festiva, y con unos arreglos que encajan muy bien con la música electrónica. Es algo que también me lleva a artistas balcánicos como Goran Bregovic. Además, el proyecto supone quitarme la espinita de experimentar y llevar una gran banda. 

Pero eso supone dejar entrar en su casa a extraños, por así decirlo. 

–Bueno, al final yo soy la directora del proyecto, la productora del álbum y la responsable de los arreglos que se han hecho. Sí que estoy abierta a propuestas, por supuesto. A los Artistas del Gremio los admiro y respeto muchísimo. Pero el concepto está muy claro y aquí está mi esencia pura.

A la hora de revisitar determinados temas, ¿se sigue reconociendo en ellos? 

–Totalmente. Si no, no me sentiría cómoda llevándolos al directo. La selección de lo que se toca está muy cuidada. Todo tiene un sentido. Además, hay canciones antiguas como En la ciudad, que tienen una actualidad muy clara. Es una letra que podría haber escrito hoy. Nadie por la calle te va a mirar. Cuando escribí esto no existían los móviles y ya pasaba que no te miraban. Imagina ahora (risas). Siento que las canciones tienen una frescura atemporal.

Entre el público estarán los jóvenes de otras épocas que ahora son maduritos y maduritas, pero también nuevas generaciones.

–En los últimos años estoy notando una presencia de público joven muy interesante. Es curioso porque hay un público muy, muy joven que está viniendo a los conciertos. En el escenario también estamos alguna más madurita pero también llevamos chavalada (risas). Estamos más intergeneracionales que nunca.

Es que la palabra mezcla ha sido siempre definitoria de Amparo Sánchez.

–Sí, totalmente. Es como me gusta jugar con la música. En este álbum, por ejemplo, tenemos ese eco balcánico que te comentaba, pero también vamos a México, Nueva Orleáns... Viajamos a muchos sitios. Está siendo un gustazo poder mezclar todo esto. Como productora, en este disco me he sentido como en un buffet libre en el que he tenido un montón para elegir. Ha sido un gustazo muy grande.

Desde el mismo título del álbum queda clara la intención: se trata de divertirse.

–Es que hay que reivindicar la alegría, la que nos quieren robar. Parece que no debemos sentir, pero es que la alegría es más necesaria que nunca. Cuando a nuestro alrededor vemos tantos problemas, injusticias y sufrimientos, tenemos que mostrar que queremos vivir en libertad, en paz y con dignidad. Vivimos en un mundo que nos duele y no podemos olvidarnos de darle a nuestra alma y nuestro cuerpo la alegría que necesitan. La alegría es el motor para seguir y tenemos que reivindicarla. En los conciertos se mueve una energía maravillosa gracias a la música. De ellos salimos más fuertes y con más ganas de tirar para delante con todo. Como oyente y como intérprete, la música es la fuerza más grande que hay. 

¿Qué le diría a esas Amparo Sánchez de 2023 que, como usted a principios de los años 90, sueñan y trabajan para que la música sea su futuro?

–A ellas y a ellos les diría que la música siempre te devuelve mucho más de lo que le das. Así que tienen que dedicarle el tiempo que la música se merece. La música necesita dedicación, constancia y hacer las cosas con mucho amor. Si trabajas con amor, eso llega. Y además les diría que no se olviden de disfrutar del camino, porque es donde acumulas experiencias y conocimientos. Eso es importante, saber que nunca terminas de aprender. Es lo maravilloso.