Este sábado, las Vermut Sessions de Hell Dorado tendrán una clara protagonista. La Perra Blanco regresa y lo hace con el cartel de completo en la taquilla. Bueno y con la seguridad de volver a Gasteiz en nada puesto que su nombre está también confirmado para el Azkena Rock Festival que se celebrará en junio. Todo ello tras el lanzamiento de su último trabajo discográfico, Get It Out

¿Así ya se puede llegar a los sitios, con todo vendido, verdad? 

–(Risas) La verdad es que no me puedo quejar. Es que el País Vasco es de los sitios donde tengo más demanda. Es una pasada. No sé si es que hemos generado una conexión entre Cádiz, el euskera... (risas). Pero es verdad que algo pasa porque desde que pusimos en marcha el proyecto, tenemos allí una demanda impresionante.

Igual tiene que ver que sus conciertos son siempre un derroche. 

–Son directos bastante explosivos, eso es así. No puedo decir desde dentro lo que la gente siente desde fuera, pero sí veo las reacciones de quienes vienen, y a mí me llaman mucho la atención.

"Nuestra banda no es la típica que tiene un guion y que siempre hace lo mismo"

Es que usted es de las que se baja a tocar entre el público, que no deja de ser un riesgo también. 

–Mientras no me peguen un tiro o un navajazo, vamos bien (risas).

Sin menospreciar su labor en el estudio, da la impresión, desde fuera, de que donde La Perra Blanco lo es todo es en los conciertos. 

–A mí me gusta el estudio. Es un espacio bastante chulo. Pero sí comparto que donde más se desarrolla la creatividad es en el directo. Nuestra banda no es la típica que tiene un guion y que siempre hace lo mismo. Yo me baso mucho en las circunstancias del día a día y los conciertos van cambiando mucho en base a eso. Me siento mucho más a gusto en el escenario que en el estudio. Me siento libre de interpretar como quiera y hacer cada día algo diferente. Es lo que más me llama la atención, de hecho, de la música y de mi trabajo.

Acaba de salir ‘Get It Out’, que es la mejor excusa para la actual gira. Un disco en el que el público se está encontrando... 

–Creo que no desentona con los anteriores trabajos, pero sí que tiene la raíz negra más presente. Los álbumes anteriores suenan un poco más country y rockabilly. Este suena un poco más rock and roll negro. Tiene un guiño a Little Richard. Otro a Bo Diddley... Quiero decir, está más basado en el concepto de la música negra que en el de la música blanca. Así que encuentras un disco de rock and roll, en el que hay rhythm and blues... y un poco de todo. Son canciones que transmiten, que es lo que importa.

"Hoy nos sigue pareciendo extraño que haya una mujer en un concierto tocando la batería, por ejemplo. Eso hay que cambiarlo"

Ha conseguido enganchar a un público muy diverso y números. Y eso incluso a pesar de la pandemia y de que tampoco hoy el rock es el género de moda que se diga. 

–No tienes que ser un entendido para que te guste el rock and roll. Es una música bastante básica y fácil de comprender. Solo tienes que darle una oportunidad e ir al concierto adecuado, porque también es verdad que puedes ir a ver a algunas bandas de rock and roll con las que te puedes morir del asco, con todos mis respetos (risas). Es que es algo que se basa mucho en la actitud. Y hay bandas que si no la tienen, te pueden estar interpretando una pieza fantástica a nivel técnico pero terminan haciendo que el público no sienta nada. No tienes que ser un entendido de la música o de la armonía para pasártelo en grande en un concierto de rock and roll. Hay existe un público con el que creo que hemos enganchado. Si te gusta pasarlo bien y la música, te tiene que gustar el rock and roll. O, por lo menos, yo lo veo así.

Ahora en Hell Dorado, en junio en el Azkena Rock. ¿La propuesta tiene que ser diferente en una sala que en un festival al aire libre o no necesariamente?  

–En todos los lados hacemos lo mismo, lo que pasa es que en un festival, en vez de tocar una hora y veinte, tienes que acortar tiempos. Pero sea en un formato o en otro, lo que intentamos es condensar lo que somos. El concepto no cambia de un lugar a otro, siempre se basa en lo mismo.

La Perra Blanco

La Perra Blanco Juanjo Company

Le ha tocado trabajar mucho para llegar hasta donde está, no siendo siempre los contextos muy favorables. ¿Qué está siendo lo mejor que está recogiendo? 

–El reconocimiento a tantos años de estar tocando la guitarra, de trabajo y esfuerzo. Haces muchas cosas y metes muchas horas sin que nadie sea consciente. Es algo muy a nivel personal. No todo el mundo se da cuenta de lo que es encerrarte en casa a tocar la guitarra día tras día durante años. Que a la gente le guste esto que estoy haciendo, la música que hago, me parece que es lo mejor que me está dando la música. Ves que todo eso que he hecho sola en mi cuarto durante años no ha sido en vano. Ahora ves que lo compartes y que a la gente le gusta, que siente cosas con lo que has compuesto. Eso es lo que más me gusta de dedicarme a esto.

Y lo que le queda por delante. 

–Eso nunca lo sabemos. Pero con lo hecho hasta ahora, ya estoy contenta (risas).

Seguro que es consciente de que, además, el suyo es un camino que está sirviendo de referente para otras mujeres, para las nuevas generaciones que quieren subir al escenario. 

–Sí. De hecho, me escriben muchas chicas por las redes sociales. Y en los conciertos también vemos que hay un alto porcentaje de presencia femenina. Eso me encanta. Igual sí estoy fomentando un poco a que se visualice la presencia de la mujer en la música, aunque es algo en lo que, por desgracia, nos queda camino. De hecho, hoy nos sigue pareciendo extraño que haya una mujer en un concierto tocando la batería, por ejemplo. Además, da igual cómo toque la batería, lo llamativo es que sea mujer. Eso hay que cambiarlo. Gracias a artistas como yo, que estamos ahí peleando, poco a poco creo que de aquí a unos años se podrá cambiar eso por completo.