Están a la espera de una fecha para llegar a la gran pantalla tanto Nina, de Andrea Jaurrieta, como Los destellos, de Pilar Palomero. En la pequeña, acaba de ver la luz, a través de Movistar Plus+, la serie Galgos. Entre medio, este viernes se estrena en Madrid la versión que Alfredo Sanzol ha creado para el Centro Dramático Nacional de La casa de Bernarda Alba, montaje que está previsto que luego salga de gira para llegar a Córdoba, Murcia, Pamplona... Todos estos proyectos tienen un nombre en común, el de la actriz vitoriana Patricia López Arnaiz.
A la intérprete se le acumulan las buenas noticias. Hace unos día se hizo con su tercer premio Feroz gracias a 20.000 especies de abejas, una película con la que ya ha conseguido diferentes premios como el del Festival de Málaga. Hace un año, el filme de la creadora laudioarra Estibaliz Urresola Solaguren se estrenó en un marco tan importante como el de la Berlinale. Justo este sábado puede redondear el camino en los Goya. Es la ópera prima con más nominaciones de la historia de estos galardones y entre ellas está la de Patricia López Arnaiz.
De conseguirlo, será el segundo cabezón que la intérprete se lleva a su casa, a ese refugio en la zona rural donde la intimidad y la tranquilidad son principios básicos. Por cierto, no deja de ser anecdótico, pero el primero lo ganó gracias a Ane, de David Pérez Sañudo. Este, de llegar, lo haría por dar vida a Ane, nombre de su personaje en 20.000 especies de abejas. En ambos casos, además, su papel es el de madre.
"Una bestia de la interpretación"
Anécdotas a un lado, “sería imposible imaginar esta película sin Patricia”, como explica la directora, guionista y productora laudioarra. “Patricia es una bestia de la interpretación. Tiene una capacidad monumental para manejar no solo lo que se espera o se necesita de su personaje, sino también para escuchar y adaptarse a cada toma. Estaba muy atenta a cada momento, a cada emoción”.
Por todo ello, la realizadora alavesa tiene claro que “Patricia me ha hecho un regalo brutal y trabajar con ella fue un placer por cómo se involucró y el trato que tuvo con todos los niños. No se dedicó a su personaje en exclusiva. Fue consciente de la importancia del grupo, del colectivo, de crear esa familia”.
Claro que si la directora no tiene más que palabras de agradecimiento hacia su actriz, qué decir al contrario. “Las creaciones son un reflejo de los y las artistas, así que cualquiera que vea 20.000 especies de abejas puede imagina cómo es Esti”. López Arnaiz, de hecho, lo tiene claro: “Se implicó de una manera bestial y nos empujó a todos”, durante el rodaje que se llevó a cabo entre distintos escenarios, también de Álava.
El trabajo en este filme que le ha dado tanto y le puede otorgar su segundo Goya este sábado 10 de febrero en Valladolid fue “un viaje complejo, pero maravilloso”. “Me sentí muy afortunada de poder participar en el proyecto. La verdad es que el guion original es una maravilla, una joya. Esti escribe con gran inteligencia, sensibilidad y sutileza. Consiguió un guion que está hilado finísimo, lleno de realidad, que refleja la complejidad de las relaciones humanas con un lenguaje precioso”.
“El de ‘20.000 especies de abejas’ es el guion más complejo que he tenido en mis manos”
Todo ello para conseguir, junto a Sofía Otero, Ane Gabarain –con quien, por cierto, comparte reparto en La casa de Bernarda Alba– e Itziar Lazkano –sin olvidar al resto del equipo– “una película que emocionalmente llega y te alcanza”. Un filme que puede llevarle a poner a prueba una vez más esa emoción y nerviosismo que le entra cada vez que tiene que recoger un premio. Si ella no lo gana, el Goya llegará a María Vázquez (Matria), Malena Alterio (Que nadie duerma), Carolina Yuste (Saben aquell) y Laia Costa (Un amor).
Paso a paso
Fue su trabajo en La otra mirada, por el que ganó un Ondas, y su participación en El guardián invisible, los trabajos que empezaron a hacerla conocida entre el gran público. Para entonces, eso sí, Patricia López Arnaiz, nacida en Gasteiz el 15 de abril de 1981, ya venía construyendo el camino en la interpretación, ese que comenzó formándose en Ortzai.
Algunos pensarán que se inició tarde, pero lo cierto es que en los últimos años, pandemia incluida, da la sensación de que la actriz vitoriana siempre está en el momento justo en el lugar adecuado. No es casualidad. Es fruto del trabajo imparable. “Soy batalladora, me he buscado siempre la vida y, de forma consciente, no tengo un sueño sobre a dónde llegar”. Es Patricia López Arnaiz.