Tras Como si todo hubiera pasado, el escritor Iban Zaldua vuelve a compartir con los lectores una compilación de relatos traducidos al castellano. Ve la luz, por tanto, A escondidas (Páginas de Espuma), donde según explica la editorial, propone al público “la pasión por la escritura y por la lectura como un viaje hacia una ficción fantástica donde todo es posible”.
El propio autor describe que mientras en el otro título mencionado “el hilo conductor era el llamado conflicto vasco, y, como es natural, en él primaba un tratamiento más bien realista de la ficción”, en este caso, el escritor se ha decantado por “concentrarme sobre todo en un acercamiento más cercano a la tradición de lo fantástico”.
En este sentido, Zaldua apunta que “soy de los que piensan, quizá en contra de algunas tendencias actuales, que hay que reivindicar la imaginación como una de las materias primas más importantes de la literatura. Mis cuentos, en ese sentido, son ejercicios de imaginación no tanto desbordante como encauzada, es decir, dirigida a iluminar de la manera más sugerente y efectiva posible las cuestiones que se tratan en ellos: la obsesión y la locura, la guerra, la manera en que tratamos a nuestros mayores, las guerras, la traición, la memoria y, a fin y a la postre, esa pequeña trituradora que es la vida de todos días”.
‘Inon ez, inoiz ez’
Aunque no solo, lo cierto es que en A escondidas se recopilan de manera fundamental relatos procedentes de Inon ez, inoiz ez, que vio la luz hace casi diez años. Cuentos que el autor donostiarra residente en Gasteiz se ha encargado también de traducir.
“La posición del autotraductor es paradójica y a veces incómoda; por cierto, hay quien la rechaza en el País Vasco, porque se considera un rasgo de sumisión colonial hacia la lengua opresora. Y me imagino que también porque le quitamos trabajo a los traductores, claro. Sin embargo, no puedo sino asumirla, porque ya es parte de mi naturaleza como escritor”, argumenta.
A partir de aquí, el público encontrará en esta nueva publicación un tema principal como es la pasión por la lectura. “Uno acaba escribiendo de lo que conoce, de lo que vive, y una buena parte de mi vida está dedicada a la lectura: es normal que la literatura misma se convierta en tema, puesto que es una de las fuentes principales de mi esfuerzo imaginativo. Susan Sontag decía que ella no escribía porque hubiera lectores, sino porque había literatura, y creo que expresó muy bien lo que siento yo mismo”.
Otro de los ejes principales de la obra está en la narrativa fantástica. “En lo fantástico está, sobre todo, el origen del relato contemporáneo, tal y como lo conocemos hoy. Y en el caso de mis cuentos, eso tiene que ver con mis lecturas de Poe, Quiroga, Maupassant, Kafka, Borges, Cortázar, Dick, Lem, Le Guin, Carter, Merino, Mroek, Atxaga…”, enumera Zaldua, al tiempo que recuerda que “mis primeros pasos como escritor los di en ese género, sobre todo en el subapartado de la ciencia ficción”.
A pesar de que explica que “he minimizado la presencia de la temática vasca”, el autor no ha querido apartarla del todo. “Es algo que ha marcado nuestra vida colectiva y es normal que se filtre en mucho de lo que publicamos. No quiero renunciar a lo que tiene que aportar, desde el punto de vista literario, y creo que hay bastante que contar aún: pese a la visión unívoca que algunos quieren imponer, no está todo dicho, ni por asomo”.