Una abogada de éxito que tiene fama de conseguir magníficos resultados en los casos que lleva, fundamentalmente defendiendo a hombres acusados de delitos contra las mujeres. Se llama Tessa, aunque en este caso el personaje creado por Suzie Miller tiene sobre las tablas el aspecto de Vicky Luengo. Prima Facie llega este jueves 2 de noviembre al Festival Internacional de Teatro de Gasteiz. Será a las 19.30 horas, cuando el monólogo se represente en un Principal donde casi no quedan entradas disponibles. Así que se colgará el cartel de completo para compartir una obra en la que todo cambia cuando ella, la protagonista, es violada.

Quedan como 20 butacas libres, así que se agotará todo, que es algo que le está pasando en la practica totalidad de representaciones de esta obra. Es ya llegar como a tiro hecho, por así decirlo. 

–No te creas. La función es tan difícil que no siento nunca que vaya a una función a tiro hecho. Es más, cuando me levanto el día que tengo representación, siempre siento una suerte de medio tensión, medio vigilancia porque no es una obra nada fácil de llevar a cabo.

No digo que todas las mujeres estén en Tessa, pero sí que cualquier mujer podría estar en su piel.

–Sí, sí, por eso te decía que es un proyecto muy exigente para mí a nivel emocional. Mucho. 

Los hombres parece que no nos terminamos de dar cuenta de todo lo que pasáis las mujeres. 

–Gracias por decirme eso. Precisamente, por lo menos para mí, una de las cosas más importantes de la función es poder enseñar y mostrar al espectador qué le pasa a un cuerpo cuando es agredido sexualmente. Creo que es lo más importante. Sin esto, nunca vamos a terminar de dar los pasos para ayudar a que las mujeres no estén en esa situación.

Pero puede parecer un poco extraño estar hablando de algunas cosas en 2023...  

–Sí. Creo que no nos damos cuenta de lo que implica la violencia. Vivimos rodeados de ella, esa es la verdad. En estos tiempos, la violencia está por todos los lados. La damos por sentada, como parte de nuestras vidas. La violencia sexual, que es de lo que hablamos en la obra, tiene efectos devastadores sobre un cuerpo, una psique y sobre una vida social. Parece increíble que en 2023 tengamos que estar discutiendo sobre esta puta mierda, y te lo digo así con estas palabras. Me parece muy fuerte que a día de hoy haya gente que aún ponga en duda que lo que sufre mi personaje en la función sea una agresión sexual. De hecho, hay gente que lo ve y lo pone en duda. De verdad... Es que queda tanto trabajo por hacer...

Trailer de 'Prima Facie'

Trailer de 'Prima Facie'

También habla de un sistema –que en este caso es judicial pero que podría ser policial, político y demás– que debería haber evolucionado pero no lo ha hecho. 

–Claro, es que al final todos los sistemas, ya sea el jurídico, el policial o el político, parten de una educación. Estamos tan lejanos de una educación feminista que es imposible que el sistema actúe de manera correcta. Su educación es machista. Cuidado, la mía también. En la función digo una frase que me gusta mucho: hubo un tiempo, no hace mucho, en el que los tribunales como este no veían que el sexo no consentido en el matrimonio era una violación. Es un ejemplo que podría poner como otros. Darle la vuelta es cosa de educación, de educar a la gente, de enseñar. No puede ser que estemos viviendo violaciones grupales de chavales de 14 años a niñas. No puede ser. No puede ser que miremos a otro lado cuando está ocurriendo esto. Insisto, es una cuestión de educación. El cambio importante está ahí. Si se produce, conseguiremos que vengan los cambios en el sistema jurídico, policial, político... El policía que está atendiendo a una víctima de agresión sexual, si está educado en un sistema absolutamente machista y patriarcal, va a tratar a la víctima como la trata un sistema machista y patriarcal. 

Leía en una crítica del espectáculo que una de las virtudes del mismo era no tener un tono moralista. Pero precisamente lo que intenta trasladar el montaje es un mensaje muy claro. 

–Sí, pero no es una función que alecciona. No pretendemos sentar a la gente en la platea y decirles: todos los hombres sois iguales y esto está mal. La función no es una lección ni una riña. Para mí es un grito de auxilio. Con esto conseguimos que el público no salga del teatro con la sensación de que se le está aleccionando sobre algo. La gente sale del teatro sale con la sensación de: creo que he entendido en mi propio cuerpo lo que pasa una mujer cuando es agredida sexualmente. Con ella vivenciamos todos los pasos judiciales y todo lo que hay que hacer para denunciar, y así que como te das cuenta de que este sistema no puede seguir así.  

La preparación previa, las representaciones, la promoción con los medios de esta historia... para Vicky Luengo tiene que ser un tanto agotadora porque es una producción muy potente en lo emocional y en lo físico. 

–Es agotadora, eso es así. Pero, sabes lo que pasa, que tengo que la firma creencia de que mi trabajo sirve. Mientras pueda elegir y tenga el privilegio de hacerlo, me gustaría seguir formando parte de proyectos como este, de propuestas que yo creo que pueden generar pequeños cambios en la sociedad, en la mente, en la manera de pensar y en el discurso. Es agotador pero también muy enriquecedor. Todo el amor que le pongo a la función, y lo vacía que me quedo al terminar, se me devuelve con creces cuando veo los aplausos y cuando hablo con las personas que se acercan después de la representación. El viaje que hago emocionalmente es muy duro, pero lo que me devuelve el público está ahí. Ya solo saber que el Principal de Vitoria está casi lleno, me hace querer estar ya allí. Me acuerdo de la Vicky que empezó a ensayar esta obra y decía: madre mía, yo sola en el teatro, no va a venir ni dios (risas). Que esté pasando todo lo que está sucediendo con Prima Facie me hace muy feliz y me da fuerza para seguir haciendo la función. 

Vicky Luengo en 'Prima Facie' Omar Antuña

Hablaba ahora de lo que la gente le dice después de la representación. ¿Qué le transmiten los y las más jóvenes? 

–Bueno, está siendo muy interesante en ese sentido. Hablé un día con dos chicos que tenían, creo recordar, 14 y 16 años. Salieron... congelados. Me dijeron que no sabían que eso era lo que le sucedía a una chica cuando era agredida sexualmente. No sabían que todo lo que se cuenta en la obra es lo que tiene que hacer una mujer cuando le pasa. En la obra está muy bien explicado cómo se pone una denuncia, cómo te cogen muestras en el hospital... Ellos no sabían nada de eso. Solo por ese tipo de comentarios, como te decía, ya tengo fuerza para hacer la obra cinco veces más.

No para con esta gira. Además están sus interpretaciones en otros montajes teatrales, en la televisión y en el cine. Hace de todo y además ganando premios y reconocimientos. Incluso acaba de ser miembro del jurado del Zinemaldi. ¿Hay algo que no sepa hacer Vicky Luengo?

–(Risas) ¡Muchísimas cosas! Que sí, de verdad. Mira, por ejemplo, nunca había hecho un monólogo y pensaba que no sería capaz. Me gusta aprender y me gusta no saber hacer las cosas. Así tengo nuevos retos.