El año que viene se cumplirán 30 años. Fue el momento en el que el estado de deterioro era tal que no había otra solución. Era imperioso cerrar a cal y canto la Catedral Santa María porque el peligro era evidente. Parece mentira pero casi tres decenios después la situación del templo gótico es radicalmente distinta. Por supuesto, todavía quedan pasos que dar y hay que hacerse a la idea de que las labores de mantenimiento no se detendrán nunca, pero lo cierto es que el edificio está en una situación, por fortuna, muy diferente.

Santa María afronta la restauración de las cubiertas de la nave central

No solo se ha vuelto a abrir al culto, sino que la Catedral se ha convertido en un punto de referencia cultural, educativo y turístico. Con todo, el camino para hacer que el templo siga asentando su edificio sigue su curso. Como ha dado a conocer esta misma semana la Fundación Catedral Santa María a través de su publicación Noticias desde el triforio, esta primavera, la entidad ha iniciado la obra de restauración de las cubiertas de la nave central, “dando continuidad al trabajo realizado los años anteriores en las cubiertas del transepto”.

Estos trabajos van a permitir, además, “incorporar una nueva perspectiva arquitectónica a la experiencia de las visitas guiadas” dentro del programa Abierto por Obras, esa apuesta del templo gótico que tan buenos resultados ha dado y que tanto ha difundido la imagen de la ciudad fuera de sus fronteras. Para ello se instalará una plataforma en la bajocubierta. “Este elemento está situado en la zona más cercana a la torre, lo que permitirá tener una visión única del sistema de construcción de una catedral medieval, con sus bóvedas de piedra observadas por su trasdós y sus carpinterías de armar. De hecho, las personas que visiten la Catedral Santa María se verán inmersas en espacios que, por su difícil acceso, no suelen estar disponibles para su visita en este tipo de construcciones”.

Según describe la fundación, en el caso del templo vitoriano, “el acceso a este espacio será mucho más fácil –incluso accesible para personas con movilidad limitada– gracias a las medidas de accesibilidad ya implementadas en el conjunto del edificio”. La entidad estima que una vez terminadas estas obras, “se hará visitable todo un itinerario arquitectónico que, con principio en la excavación arqueológica bajo el suelo de la Catedral y final en el balcón mirador del campanario, recorrerá las naves del edificio, su pórtico, los camaranchones de los tejados y los distintos pisos interiores de la torre, configurando un paseo arquitectónico y temporal de gran contenido informativo e intensidad emocional para el visitante”.