Vivirá su parte central en la sala Baratza entre los días 12 y 14 de mayo, aunque la octava edición del festival Zurrunbilo propondrá un interesante aperitivo el próximo miércoles 3 de mayo desde el Pabellón Universitario del Campus de Álava. De esta forma, el certamen seguirá haciendo su camino con la idea de “dedicar tiempo y espacio a la creación escénica contemporánea en euskera”.

En esta edición, según explican desde el espacio cultural de la plaza Aldabe, “el objetivo transversal del festival será el de generar nuevos públicos jóvenes y acercar las artes escénicas contemporáneas a generaciones futuras. Por eso además de haber realizado una cuidada selección de propuestas escénicas, parte del festival se llevará a uno de los sitios donde ellos y ellas se encuentran”, es decir, al campus de la Universidad del País Vasco.

Así, el día 3, la cita en el Pabellón Universitario será doble. A partir de las 17.30 horas, la artista Amaia Bono presentará Belarriprest. Nire lehen sortzelan euskaraz. La pieza parte de la propia experiencia de la creadora gasteiztarra como euskaldunberri y propone, uniendo el teatro, la performance y la poesía, hacer un análisis de la lengua y del proceso de aprendizaje a partir de cuestiones como la identidad, el error, la cultura o la biografía.

Toda vez que haya terminado esta propuesta, hacia a las 18.30 horas en el mismo lugar se producirá una mesa redonda bajo el título Artes escénicas contemporáneas de la mano de mujeres creadoras alavesas en la que participarán Marina Suárez, Edurne Azkarate, Josune Vélez de Mendizabal y la propia Amaia Bono. En este foro común se analizará las razones por las que la gente joven no acude al teatro.

“La realidad nos cuenta que el porcentaje de público en el teatro ha descendido y la media de edad, desvela la falta de interés, hacia las artes escénicas, por parte del público joven. Por nuestra parte queremos seguir intentándolo, queremos acercar a la juventud al imaginario teatral. Para ello queremos saber sus inquietudes, gustos, manera de disfrutar del ocio. No vamos a convencerles de nada que ellos no quieran, pero sí escucharlos para que desde nuestra profesión podamos crear obras o proyectos que resulten más atractivos y cercanos para esa generación.  Incluso a animarles a que ellos y ellas creen y sean parte de procesos creativos. Se trata de una retroalimentación mutua que beneficia a la comunicación y el futuro de las artes escénicas”, según explican desde el festival. – C.G.