Todo estaba preparado hace justo un año para que el festival Zurrunbilo viviese su quinta edición, pero la aparición de la pandemia hizo que los planes se tuvieran que retrasar hasta el pasado otoño. Aún así, el certamen especializado en las artes escénicas en euskera consiguió mantener su cartel y sus objetivos. Con algo más de normalidad, la propuesta nacida en la sala Baratza ya mira a su sexto encuentro con el público, que se producirá del 14 al 16 de mayo, tanto en el espacio de Aldabe como en Oihaneder Euskararen Etxea.

"El objetivo de este festival es doble: apoyar a artistas y compañías que apuestan por trabajar en euskera, y acercar sus creaciones tanto a espectadores ya habituales como a personas que, aunque no hayan participado nunca de esta cita, tengan la curiosidad de hacerlo", aseguran los responsables de Baratza.

La sala va a acoger las cinco propuestas que conforman el programa diseñado. El viernes 14 de mayo, a partir de las 19 horas, la obra Porno vs. Afrodita de BenetanBe, compañía liderada por la actriz Patricia Urrutia y que acercará a Gasteiz "un espectáculo para jóvenes y ya no tan jóvenes, que tiene por eje la educación sexual y afectiva. Una comedia demente empapada de música en directo".

El sábado 15, a la misma hora, será el turno de Jone Bengoa. La actriz gasteiztarra presentará Kabia, teatro documental creado con el apoyo de distintos artistas y agentes de la ciudad, y que cuenta la historia de diversas mujeres que, hace años, tuvieron como meta y futuro lugar de vida, Vitoria.

Tras ella, Jon Ander Urresti compartirá con el público Tribiz, baserri galdue, una creación de teatro documental que gira en torno a una pregunta: "¿Qué hacer con el patrimonio que está perdiendo uso?".

El broche a la parte de programación de cara al público se pondrá el domingo 16 desde las 18.30 horas, también proponiendo dos alicientes a los espectadores. Por un lado, estará Unisono-a, una lectura experimental a cargo de Ixiar Rozas e Ibon RG.

Por otro, se podrá compartir Muskulo, iniciativa nacida en Oiartzun a principios de 2015, como proyecto de "experimentación entre artistas de diversos recorridos no exclusivamente musicales" y cuyas melodías están vinculadas tanto al teatro como a lo poético.

Todo ello sucederá en la sala, mientras que en Oihaneder, el sábado 15, tendrá lugar un encuentro dirigido a profesionales y personas interesadas. Bajo el título Belaunaldi berriak eta etorkizuna, el tema de este año será el futuro desde la mirada de las nuevas generaciones. En esta jornada "queremos dar voz a las nuevas generaciones. En la medida en que sus aportaciones puedan ser representativas para la reflexión de todos, les invitamos a que lideren un trabajo de reflexión a través de una mesa redonda de formato no habitual que se celebrará por la mañana", explican desde Baratza. Ya por la tarde, "y entendiendo que la digitalización es parte tanto del presente como del futuro, se creará una mesa redonda sobre el impacto de la digitalización en la sociedad y las artes escénicas, con el fin de analizar nuevas vías de trabajo a través de herramientas online".

Las entradas para todos los espectáculos de Zurrunbilo están ya a la venta a través de la página web de Baratza. La entrada anticipada tiene un precio de 7 euros (9 en taquilla) y el bono para el festival completo cuesta 18 euros. Para la adquisición de entradas es posible hacer uso del Bono Cultura impulsado por la Diputación Foral de Álava.

Asimismo, está también abierta la inscripción para participar en el encuentro. La entrada es libre pero es necesario inscribirse de manera previa a través del correo electrónico reservas@salabaratza.com.

Asimismo, para garantizar la seguridad tanto de espectadores como de creadores y equipo de trabajo, la sala Baratza continúa trabajando según el protocolo covid-19 que contempla medidas como el aforo limitado, uso obligatorio de mascarilla, entradas y salidas escalonadas, cierre temporal del hall y de la barra, y refuerzo de la desinfección y limpieza en los espacios comunes. A este respecto, desde el espacio afirman que "el sector cultural está demostrando que se puede mantener una actividad de disfrute sin poner en riesgo la seguridad de nadie a nuestro alrededor. Por eso es importante que todos respetemos las normas y podamos así continuar viviendo y compartiendo la experiencia del encuentro con las artes".