No quería Xabier Olaso un libro que se disfrutase de manera habitual. Por eso, además de inventarse por completo un mundo, con su lengua, su flora, su mitología, su fauna... ha querido que los jóvenes lectores -el libro está recomendado a partir de ocho años- se vean obligados a romper el ritmo acostumbrado de lectura. Por muchas razones, Erraldoiak (Elkar) es un libro distinto, una historia de gigantes que requiere ir de un lado para el otro entre las páginas escritas por el autor residente en Gasteiz e ilustradas por Enrique Morente.
Ese juego planteado por Olaso aparece pronto en el relato sobre las vivencias de la familia que conforman Erraldoi, Maritantai y el pequeño Patxikankailu. Hay algunas palabras que aparecen con un asterisco, pero no para llamar a una sencillo y normal pie de página, sino para dejar la historia, si es que quiere enterarse bien de ella, y trasladarse hasta el final del texto donde el escritor ha creado su pequeña enciclopedia en la que se explican de manera desarrollada conceptos, paisajes, animales, fiestas, tradiciones... de Batanga, el mundo de estos gigantes “donde todo es un desmesurado”, ríe el autor.
“Siempre he tenido idea de hacer un libro que rompiera el ritmo de lectura que habitualmente tenemos, Página 1, 2, 3, 4... Me parecía interesante imaginar a un niño de ocho o nueves años que fuese leyendo y al mismo tiempo jugando con las páginas, que el libro como objeto fuese un divertimento también. Y el resultado es un elemento de captación sencillo, porque esa enciclopedia no tiene textos muy largos” comenta.
Esa forma de narrar acompaña las andanzas de Patxikankailu, que es quien “va a llevar de la mano” a los lectores por “su vida”. “A medida que va cumpliendo años, en su desarrollo vital, va conociendo Batanga y le van sucediendo aventuras. Como hace un niño pequeño, va realizando descubrimientos en su mundo. La idea es que Batanga al lector le resulte un lugar interesante y con colorido”, describe Olaso, quien resalta que Erraldoiak es “básicamente un libro humorístico”, algo para lo que la desmesura de los personajes, animales y paisajes es un instrumento muy útil. “Todo lo que está en estas páginas es como una gran hipérbole”.
Eso sí, el escritor hace guiños también a la realidad de los jóvenes lectores a través de lugares físicos que conocen como Nueva York. “Hay datos que se dejan ahí, para que el lector se haga preguntas. Me gustaba esa idea de la magia, del juego entre los dos mundos, pero son detalles, no una constante”.
De todas formas, no sólo las palabras de Olaso construyen Erraldoiak. Ahí también está la firma de Morente, “que me ha seducido desde el segundo uno”. “No lo tenía fácil porque se necesitaba mucha imaginación para llevar a cabo este trabajo, pero, por lo menos para mí, tengo claro que lo que ha hecho es de diez”, describe. “La verdad es que creo que hemos conseguido que el uno seduzca al otro y viceversa, y eso nos ha llevado a un punto muy interesante”.
Con todo, es evidente que ahora la valoración final está en manos de esos jóvenes que acepten el reto de la publicación y decidan sumergirse tanto en el mundo de estos gigantes como en el juego lector que les propone Olaso. Lo cierto es que, de momento, Erraldoiak sí ha conseguido seducir a los responsables del premio de literatura infantil y juvenil Mikel Zarate, un galardón organizado por el Ayuntamiento de Lezama y Elkar que el pasado mes de junio le fue concedido al escritor por este proyecto.
Pero la rueda no para. Así que los próximos proyectos ya están esperando sobre la mesa para hacerse realidad y buscar de nuevo a los lectores. “Ahora mismo está en su fase final de gestación un libro de adivinanzas, pero que tampoco quiere ser una publicación al uso, sino que tiene un toque distinto”, aunque mejor no dar demasiados detalles por el momento sobre en qué consiste ese elemento diferenciador. “Hombre, y ando escribiendo más cosas porque no sé parar de enredar”, ríe el también poeta. Eso sí, por ahora, toca que Erraldoiak se haga grande entre los pequeños lectores. - DNA