madrid - Cinco millones de ejemplares vendidos en pocos meses dan cuenta del éxito cosechado por la escritora Paula Hawkins (Zimbabwe, 1972) con La chica del tren, una novela de intriga psicológica que parte de una “ventana indiscreta” desde un tren, en el que la autora reconoce claras influencias de Hitchcock. “Si supiera por qué esta novela ha obtenido tanto éxito lo volvería a hacer mañana”, aseguró ayer Hawkins en una rueda de prensa celebrada en el Museo del Ferrocarril de Madrid, en la gira de presentación de esta novela, publicada en castellano por Planeta. Periodista financiera de profesión, Paula Hawkins recibió el encargo de escribir varias novelas románticas para mujeres, lo que hizo con pseudónimo y que no tienen nada que ver con esta historia de suspense a la que daba vueltas desde hace tiempo. Y es que, como usuaria del tren en su traslado diario al trabajo a Londres, Hawkins había pensado qué pasaría si en alguna ocasión viera algo alarmante en esas casas cercanas a las vías y en las que se vislumbran las vidas de sus ocupantes. Además, la autora quería escribir sobre una mujer que, como Rachel, la protagonista de su novela, tuviera problemas con el alcohol y esta circunstancia afectara a su memoria: “Cuando junté ambas ideas vi que funcionaban muy bien”, indicó. Los trenes recuerdan a Hawkins escenarios de novelas policiacas como las de Agatha Christie o Patricia Higsmith, unos espacios en los que los viajeros establecen a veces “relaciones peculiares con extraños”. “Amo las atmósferas que crean Christie y Higsmith”, apuntó la escritora, que se mostró muy orgullosa de que la puedan comparar con autoras como la británica Ruth Rendell. - Efe
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