La vigésima edición del Festival de Teatro de Humor de Araia ya está aquí. Hoy se inician cinco días donde la risa se convierte en protagonista, aunque no viene sola. Junto a ella, el divertimento, la crítica, la acidez, la sátira, la poesía, el circo, la música... y un largo etcétera de momentos, sensaciones y sentimientos que toman la localidad alavesa tanto a través de sus calles como de la sala Andra Mari, el Txoko Magikoa y, sobre todo, las paredes del polideportivo Arrazpi.
De hecho, va a ser este lugar el primero y único que hoy salga al encuentro con el público a partir de las 22.30 horas. Será Vaivén Producciones quien encienda la primera vela de este año de aniversario, 20 años de escena donde la principal celebración es poder llevar el certamen a cabo una vez más. La versión en euskera de Terapiak será la obra que se represente en un espacio para el que las entradas están disponibles por 12 euros de cara a los adultos y cinco para los menores de 16 años, aunque cabe recordar que siguen disponibles los abonos para todas las representaciones en el pabellón por 37 y 15 euros respectivamente.
A lo largo del pasado fin de semana se puso en marcha además la programación paralela al festival, ese cartel de actuaciones por diversos puntos del territorio que se irán sucediendo hasta casi el final del mes y que supone también otro aliciente para todo lo que va a suceder desde ya en Araia.
Como siempre en este certamen, el humor es un nexo común bajo cuya sombra se desarrollan historias y propuestas que en muchas ocasiones poco tienen que ver entre sí. La carcajada es variada. En el caso de Terapiak, son las relaciones de pareja, la búsqueda que cada uno lleva a cabo con respecto a su identidad, y lo frágil del ser humano lo que marca su senda.
Vaivén y La Pavana son los responsables de esta versión del texto del norteamericano Christopher Durang que se estrenó a finales del pasado mes de marzo y que ahora sirve para inaugurar la cita de Araia. Con un reparto encabezado por Mikel Losada y Dorleta Urretabizkaia, la propuesta dirigida por Rafael Calatayud y traducida al euskera por Ainara Ortega es "una comedia terapéutica disparatada porque no hay nada más terapéutico que la risa", según explicó antes de su puesta de largo en la pasada edición de DFeria Ana Pimenta, responsable de la productora vasca.
Estrenada a principios de la década de los 80 con Sigourney Weaver sobre el escenario y llevada uno años después al cine bajo la dirección de Robert Altman, la obra "se centra una vez más en la búsqueda de identidad de sus protagonistas para mostrarnos el absurdo a pie de calle. Sus dos protagonistas se encuentran y desencuentran entre consultas psiquiátricas y restaurantes poblados por individuos que, aunque desquiciados, nos son perfectamente reconocibles en el aquí y ahora", como describe Calatayud.
De hecho, a pesar del tiempo que ha transcurrido desde que Durang crease a los seis protagonistas de esta historia, la actualidad de lo que relata y cómo lo hace sigue más que vigentes. No es de extrañar puesto que la evolución emocional del ser humano no es que haya sido excesiva en estas décadas.
Es con eso con lo que juega una comedia en la que a buen seguro buena parte del público presente en el Arrazpi encontrará situaciones y reflexiones cercanas. Al fin y al cabo, las personas son diferentes... hasta cierto punto.