Ayer tuvieron su último ensayo conjunto. Era el momento de pulir los detalles finales. Mañana les espera el público. Será en el aula magna del Conservatorio Jesús Guridi a las 19.15 horas con entrada gratuita. Pero no quedará ahí la cosa. El 16 de mayo, repetirán concierto en el centro cívico Arriaga. El telón, aunque sea simbólico, está a punto de levantarse. Es el momento de dejarse llevar por los sonidos de la flauta.

Y es que es éste el instrumento que les une a todos ellos (bueno, casi puesto que también habrá espacio para el chelo, el fagot y la percusión). Son medio centenar de intérpretes que se están formando tanto en el mencionado conservatorio como en las escuelas de música Vedruna, Luis Aramburu, Udaberria y Marianistas, unidos en un proyecto que se puso en marcha hace cuatro años y que sigue con paso firme.

En el seno de la formación conviven músicos que van desde los 8 años hasta aquellos que pasan los 50. "La relación entre ellos es curiosa porque puedes ver en un atril a un adulto y a un niño juntos, hablando de lo mismo, trabajando mano a mano, conociéndose", explican Jaione Oribe y Alberto Itoiz, dos de los profesores involucrados en este proyecto, que aseguran que la sonoridad que puede ofrecer una orquesta de flautas es muy distinta a escuchar una sola, que es a lo que la mayor parte del público está acostumbrado.

Pero para que todo salga como debe, el trabajo está siendo intenso, bien sea cada uno por su lado (en casa y en sus respectivos centros de formación) como en los dos ensayos conjuntos que han realizado en el último mes, un esfuerzo que se suma a lo que cada uno de los componentes de la agrupación ya lleva encima, sean estudios o trabajo.

"Lo principal que consiguen ellos con esta experiencia es motivación. Juntarse con otras escuelas, además, aporta salir de tu entorno más cerrado para conocer más gente, otras formas de hacer las cosas y de tocar... son cosas que enriquecen", apuntan ambos, que no se olvidan tampoco de lo que va a obtener el público en las dos citas previstas. "Sí, son estudiantes pero hay gente, incluso entre los más allegados a los participantes, que se sorprenden mucho cuando ven el resultado de lo que son capaces de dar", comentan Oribe e Itoiz, como a buen seguro ocurrirá mañana en un recital en el que tendrán cabida desde piezas de Vivaldi y Tchaikovsky hasta ritmos relacionados con el tango o el jazz. Sin olvidar, avisan, alguna que otra sorpresa.

El futuro es continuar con esta iniciativa. La ilusión es algo que todavía no está en crisis. ¿Crecer todavía más? Alguna idea hay, pero paso a paso. Ya sonará la flauta.