vitoria. Carácter, potencial, proyección... Entre la nueva generación de pianistas peninsulares, las teclas de la donostiarra Judith Jáuregui (1985) son de las que más oídos despiertan. Mañana, en el Teatro Principal (20.00), tratarán de hacer lo propio con los que se reunan para disfrutar de su coincidencia sobre las tablas con la Orquesta Sinfónica de Euskadi, con Mozart como protagonista y bajo la batuta de Wolfram Christ.

En esta nueva apuesta de la OSE -tercera de abono de la temporada- por los solistas autóctonos, la joven pianista acometerá el Concierto para piano y orquesta nº20 de Mozart, dentro de un programa, titulado Relámpagos vieneses, que se completa con la obertura de la ópera La flauta mágica y la Sinfonía nº39, KV 543, también del compositor salzburgués.

Premio de Honor de Fin de Carrera en el conservatorio donostiarra, Jáuregui -como suele ser habitual- comenzó a ofrecer recitales pronto, con once años. Amplió su formación con Claudio Martinez-Mehner y forma parte del reducido grupo de artistas seleccionados como pupilos por el gran maestro ruso Vadim Suchanov en el Conservatorio Richard Strauss de Munich.

Acumulación de galardones, participación habitual en festivales -la Quincena Musical de San Sebastián, el Festival de Peralada, el Festival de Música y Danza de Granada o el Festival Internacional de La Roque d'Antheron en Francia- y variadas grabaciones -RNE, RTVE o France Musique de Radio France- son algunos de los pasos que componen la particular sinfonía vital de esta -más que- promesa, que acaba de publicar Robert Schumann. El arte de lo pequeño (Columna Música), el que -cuentan los especialistas- es uno de los imprescindibles de la temporada. Todo son buenas teclas para (im)pulsar la cita de mañana. Una buena oportunidad de encontrarse con este diamante en pleno brillo.