Llega a un puesto para, en principio, cinco meses. Además, para aplicar un Presupuesto ya aprobado y confeccionado por otras personas. Eso, en el lenguaje coloquial, tiene un nombre: marrón.

Todo lo contrario. Xabier Agirre me dio una oportunidad aquel domingo que me llamó para decirme: "Oye Malen, cuento contigo". Soy consciente de que llegamos al final de una legislatura en la que durante tres años y medio ha estado en este Departamento un partido político distinto, pero ha sido un grupo que ha formado parte del mismo equipo de gobierno en el que estoy yo ahora. Es decir, tampoco se cambia tanto. Ese partido ha trabajado unas líneas aprobadas por la Diputación, con Xabier Agirre al frente. Vamos, que cambian las personas pero los ejes estratégicos y las acciones no, puesto que están dando resultados. Además, no veo que vayamos a estar unos meses y punto. Voy a tener la posibilidad de trabajar seis meses hasta que se constituya el nuevo Gobierno y entonces ya tendré esta carrerilla hecha para la próxima legislatura, porque estoy convencida de que vamos a seguir. Tengo más suerte que cualquiera, porque voy a tener todo este tiempo para dar pasos y, además, pensar bien en todas las cosas que voy a poder modificar de cara a los próximos cuatro años. Por tanto, no es un marrón. Es un azul cielo.

A nivel personal, ¿venir del Ayuntamiento de Gasteiz como portavoz del PNV a la Diputación está suponiendo mucho cambio?

Allí, como portavoz, tenía que estar al tanto de todo pero con una muga, el término municipal de Vitoria. Sin embargo, aquí estoy gestionando de verdad y mi capacidad de actuación se amplía a todo un territorio. A nivel de trabajo, esto supera lo anterior, máxime teniendo en cuenta que este departamento es muy amplio. Soy diputada 24 horas al día y estoy para acudir donde se me necesite en cualquier momento, aunque no siempre es posible. Además, también hay que atender un poco a la familia, que a veces pregunta si existo.

¿Qué es lo principal que le pidió Agirre al proponerle el puesto?

Me dijo que viniera con ilusión, con ganas de trabajar y de seguir todas las legislaturas que podamos.

¿Y qué cree que le puede aportar usted a este área en estos meses?

Lo que sí que quiero aportar es llevar a todos y cada uno de los rincones de Álava lo que la Diputación hace en las materias que me competen. Es decir, muchas veces los alaveses piensan que esta casa sólo actúa de cara a Vitoria y no es cierto. Hacemos cosas para Álava y desde este departamento, de aquí a mayo, se van a ver ejemplos de ello.

¿Antes de llegar aquí se hacía usted misma idea de todo lo que mueve este área?

No. Cuando llegué lo hice como concejal y, sobre todo, como ciudadana de Vitoria, y cuando Lorena López de Lacalle me presentó todos los servicios que tiene este Departamento, dije: "¿cómo?". No tenía ni la menor idea. La Diputación tiene que hacer un esfuerzo mayúsculo por dar a conocer a los alaveses todo lo que hace por el territorio. Mucha gente, por poner ejemplo, cree que detrás de la Catedral Santa María está el Ayuntamiento de Vitoria. Y sí, el Consistorio participa, pero el 58% de la financiación de ese proyecto lo pone la Diputación. ¿Quién lo sabe? Muy pocos.

Hereda muchas cosas en marcha y también alguna que otra polémica. Tal vez, la más llamativa sea la de Iruña Veleia. Son muchas las voces que piensan que la marcha de López de Lacalle y su llegada puede suponer un cambio de orientación.

Es cierto que hay gente que ha pensado: "mira que bien, Lorena se va, ahora viene otra nueva diputada y seguramente van a cambiar las cosas". Bueno, pues a estas personas les estamos diciendo que lo que cambia es el nombre de una diputada pero no las líneas de trabajo porque el equipo de gobierno que aprobó lo que se está haciendo allí sigue siendo el mismo y sigue teniendo el mismo diputado general. Reconozco que Lorena fue valiente porque cualquier otra persona podía haber pasado de tomar cierto tipo de decisiones. A partir de ahí, en estos momentos hay dos caminos abiertos. Por un lado está el judicial y serán los tribunales los que tendrán que decidir. Por otro, está el Plan Director. Se está haciendo un trabajo muy importante. Hace pocos días conocí de primera mano lo que se ha llevado a cabo en 2010 y te voy a decir que, en muchos aspectos, se ha hecho en un año una labor mayor que la realizada en ocho. Se están encontrando aspectos fundamentales que dentro de un tiempo, una vez de que se estudien, los pondremos a la luz.

En este tema, la reunión del pasado martes con la consejera de Cultura sirvió para...

Bueno, el Gobierno Vasco tiene sobre la mesa 270.000 euros y ya se les ha puesto al día de lo andado en 2010 y qué pasos se quieren dar. Volveremos a tener otra reunión dentro de no mucho para establecer de qué manera va a invertir la consejería de Cultura ese dinero presupuestado y seguiremos hacia adelante. Eso no se va a paralizar.

Ahora que hablamos de Lakua, hay muchas voces que piensan que, a pesar de que hay dos alaveses como Blanca Urgell y Antonio Rivera al frente del departamento de Cultura, su preocupación por el territorio es mínima.

En la reunión del martes, ellos mismos me comentaron que se daban cuenta de que estaban más en Gipuzkoa y Bizkaia, y que Álava estaba ahí, como esperando, y que su intención era entrar de lleno. Hablamos de diferentes temas y vimos cómo nos podíamos coordinar Gobierno Vasco y Diputación para trabajar en temáticas de euskera, cultura, deporte y juventud, que son las cuestiones que compartimos.

Dos de las aportaciones más significativas de esta legislatura han sido el nacimiento del Proyecto Amarika y del Consejo Asesor de las Artes Musicales y de sus primeras palabras en Juntas Generales, anunciando algunos cambios, alguien puede pensar que se van a romper criterios.

Seguro que alguien lo ha pensado pero esas personas están equivocadas. Vamos a ver, en lo que respecta a Amarika, a nosotros como Diputación, en un momento dado nos puede interesar realizar una exposición determinada y no debe haber ningún problema por ello. De hecho, a ellos les hemos transmitido nuestras intenciones y no se han extrañado. En lo que se ha quedado es en poner en común todas las propuestas y configurar la programación de este año. No vamos a romper nada, vamos a trabajar más en común. Con el Consejo de las Artes Musicales, lo mismo. Ahí falta, de todas formas, alguien de música tradicional. Pero bueno, eso ya lo andaremos. A lo que vamos es que con ellos también queremos hacer más en común y no sólo para Vitoria, sino para todo el territorio alavés. Y digo esto porque Amarika, por ejemplo, está trabajando en tres salas que están en la capital pero ¿no se puede hacer algo en otro lugar, no se puede llevar el arte contemporáneo a, no sé, la Casa de Cultura de Dulantzi?

Bueno, eso mismo decía su antecesora al principio de esta legislatura y...

Bueno, pues antes de que acabe vamos a tener eso.

También López de Lacalle quería una nueva sede para el Museo de Ciencias Naturales y al final eso se ha quedado durmiendo el sueño de los justos. Ahora habla usted de reformar la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, pero no sé si es otra de esas cosas que hay que tomarse como lo anterior, como un querer que ya veremos...

No sé si es un defecto, pero si algo tengo es que a lo que me comprometo, lo cumplo. La Casa de Cultura tiene una serie de deficiencias que hay que resolver y antes de mayo vamos a hacer un estudio de necesidades. Cualquiera que lea el periódico puede pensar: "pues qué tontería y ¿eso es todo lo que va a hacer?". Pues a mí me parece importante saber qué carencias hay en la Casa de Cultura para que cuando se tenga dinero disponible se puedan hacer cosas. Y así con otras cuestiones. Tengo dos o tres cosas con las que me quiero comprometer de aquí a que termine la legislatura. Son pocas pero son importantes y es donde voy a poner todo mi impulso, sin perder de vista el trabajo diario.

Y esas cosas, además de lo dicho de la Casa de Cultura, son...

Por ejemplo, potenciar el Bellas Artes. Es de los museos menos visitados y eso no lo podemos permitir. Hay que darle la vuelta. Si tenemos maravillas que mostrar y la gente no viene es que hay algo que no se está haciendo bien. Seguramente falta difusión. Bueno, pues estamos planteando hacer algo en común entre Bellas Artes y Artium para impulsar al primero. Yo te prometo que antes del 22 de mayo vamos a darle esa vuelta. Demos otro paso más. Hay un Plan Director de Museos que está hecho pero metido en un cajón. Lo quiero actualizar y sacarlo a la luz porque es una herramienta fundamental que tiene detrás un trabajo y un dinero invertido que debemos saber aprovechar. Naturgolf es otro paso que queremos dar antes de las elecciones y por ello estamos trabajando.

¿Cómo ve ahora al Ayuntamiento? ¿Lo mira?

Sí. Después de siete años y medio tengo una relación estrecha con mucha gente y no sólo de mi partido. Tengo muchos amigos y amigas de diferentes partidos y sigo su día a día. A veces, cuando vengo a la Diputación, escucho por la radio que ha salido un tema u otro y pienso que fulanito o menganito tienen que estar ya bufando...

Por cierto, hay una infraestructura, cultural además, que está volviendo a vivir un momento de gran polémica en el Consistorio, como es el BAI Center.

Se ha perdido mucho tiempo y Vitoria debería haber tenido un centro de esas características hace mucho. ¿Que no es el mejor momento porque hay que invertir una cantidad importante de dinero? Cualquiera sabe que yo, como portavoz del PNV, exigí a Patxi Lazcoz que tenía que buscar esa financiación y él siempre me dice que la cosa va bien. Espero que se solucione este tema porque paralizar esa infraestructura ahora sería un error. Vitoria debe tener un espacio de esas características porque, sobre todo en el apartado de congresos, los que se realizan se están marchando a Donostia y Bilbao. Estamos perdiendo mucho dinero y la gente lo tiene que entender. Es una buena apuesta pero hay que buscar la financiación.