En 2009, con UPN en el Gobierno de Navarra, solo aparecía Francia en las señales de nuestras carreteras, es decir, únicamente en castellano. La queja de un ciudadano provocó que el Defensor del Pueblo recomendara que se rotulara de forma bilingüe, lo que fue aceptado por el Gobierno Foral quien empezó a utilizar la fórmula Frantzia/Francia. Sin embargo, en 2021, con la renovación de la N-121-A en el tramo Ezkaba-Olabe se volvió a la rotulación monolingüe: Francia. Nuevamente, el Defensor recibe una queja ciudadana, que se traduce en una nueva recomendación en idéntico sentido a la de 12 años antes. Solo que esta vez, a diferencia de cuando gobernaba UPN, el Departamento de Cohesión Territorial del Ejecutivo foral dirigido por el socialista Bernardo Ciriza se niega en redondo, arguyendo que en zona mixta no está obligado a rotular las señales de manera bilingüe. En 2023, el tramo a renovar es Sorauren-Sunbilla. Una vez más, Frantzia desaparece de las nuevas señales, lo que provoca una nueva queja de un particular (los ayuntamientos están, por lo que se ve, a otras cosas) ante la que el Defensor del Pueblo vuelve a recomendar lo que ha recomendado siempre. En la zona vascófona, porque así lo dice la ley, y en la mixta porque “tampoco hay nada que impida poner las indicaciones tanto en castellano como en euskera. Dicho criterio inclusivo –añade– además de ir alineado con los principios de respeto, protección y promoción (…) es fácil de aplicar, no exige recursos adicionales si se prevé debidamente”. Por fin, en 2024, Cohesión Territorial responde afirmativamente al Ararteko: “En el futuro” (!!!) esas señales serán bilingües. ¿Cuándo? Cuando el deterioro imponga su cambio. 20 años, quizás 30. La respuesta la firma otro consejero socialista, Óscar Chivite, que ya lleva varias de estas, siempre para ningunear e invisibilizar al euskera. Es la política lingüística del PSN.
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