El Rayo Vallecano se medía en la noche de este jueves al Lech Poznan, el campeón de la Liga polaca, en la tercera jornada de la liguilla de la Conference League (que tiene el mismo sistema de grupo único de la Champions) y lo hacía con la necesidad de olvidar el 4-0 encajado en Villarreal el pasado sábado en Liga, competición en la que camina por la mitad de la tabla.

Un club al que no le va nada mal en lo deportivo, al menos en lo que a fútbol masculino se refiere (al femenino lo han dejado caer hasta la tercera categoría, cuando fue uno de los equipos importantes en su día), con el retorno a Europa después de su única experiencia en la extinta Copa de la UEFA 2000/01, a la que fue invitado por juego limpio y no por méritos deportivos, como sí ha sucedido en esta ocasión.

Vergüenza ajena

La Conference League es la competición europea más modesta y está llena de equipos desconocidos de Ligas menores y algún grande venido a menos, con lo que es posible encontrar clubes con pocos recursos y estadios mediocres. De ahí la vergüenza que están sufriendo muchos aficionados del Rayo Vallecano al ver cómo se burlan de sus instalaciones, pese a jugar en una de las principales Ligas del continente.

Lo hacía este jueves el Lech Poznan, subiendo a sus redes sociales un vídeo en el que un miembro del cuerpo técnico se asombraba ante lo que veía en el vestuario visitante del estadio de Vallecas, al que es evidente que le hace falta (desde hace muchos años) una reforma integral. El integrante del equipo polaco tiraba de humor, eso sí, mientras grababa su recorrido por el espacio que iban a ocupar sus jugadores por la noche.

De los años 80

Pero un humor lleno de críticas, porque allá donde ponía la mirada encontraba algo para destacar, con bancos de madera muy viejos, falta de luz artificial en la sala de masajes, con cajas de cartón llenas de botellas de agua ocupando buena parte del pasillo o con toallas apiladas diferentes entre sí y de mil colores. Cosas que no dan imagen de profesionalidad.

De hecho, calificaba el vestuario con adjetivos como “primitivo”, “básico” o “poco profesional” y que todo parecía provenir “del pasado”, con sillas de plástico típicas de los cumpleaños de los años 80, con duchas no muy modernas, con el suelo sucio y poniendo en cuestión si todo ello ofrecía unas mínimas condiciones de salubridad, higiene y seguridad.

Y todo ello después de un surrealista inicio de vídeo en el que enseñaba el candado de la puerta y la llave, con un llavero en el que aparecía la foto de “un señor que no sé quién es”. Una grabación que lleva dos millones de visualizaciones y ha vuelto a indignar a los aficionados del Rayo Vallecano, que no se cansan de exigir a su presidente, Raúl Martín Presa, con el que no se llevan nada bien, que modernice de una vez sus instalaciones.

Al menos el equipo madrileño fue capaz horas despues de ganar al Lech Poznan (3-2), remontando en el tiempo añadido el 0-2 por el que perdía al descanso.