Estos días de calor y altas temperaturas son bien recibidos por muchas personas. Pero no todas disfrutan igual esta temporada: algunas son muy sensibles a la exposición solar. Como consecuencia, sufren enrojecimiento, picazón y otros síntomas. Esta reacción, similar a una irritación, es conocida como erupción polimorfa lumínica (EPL).
Dicho de otro modo, es la alergia al sol. Suele ocurrir cuando, tras pasar meses con la piel cubierta, esta se expone a la radiación. Las primeras señales pueden variar desde media hora hasta varios días después de tomar el sol.
¿Qué es la erupción polimorfa lumínica?
La dermatóloga Leire Barrutia, en uno de sus últimos vídeos, repasa las claves de este fenómeno, que puede aparecer en forma de granitos, ronchas y formaciones parecidas. Aunque no es contagioso, puede ser perjudicial para la salud y llegar a ser muy incómodo.
Si analizamos la EPL desde el punto de vista inmunológico, es una afección que se produce como respuesta del cuerpo a la radiación ultravioleta. Y el cuerpo, al no estar acostumbrado a este estímulo, reacciona de un modo muy exagerado.
Por suerte, en palabras de la experta, estos síntomas van reduciéndose a medida que avanza el verano y la piel se adapta al sol. Aun así, no hay mejor remedio que prevenir sus efectos desde la primavera y así marcar la diferencia.
Estrategias para prevenir la EPL
La solución más efectiva para evitar la erupción polimorfa lumínica es la prevención . O, al menos, así suavizar sus consecuencias. Más allá de aplicar protector solar para cuidar la piel, hay otras estrategias que ayudan a preparar la piel y no sufrir brotes.
- Fotoprotección oral
Hay algunos complementos que son fundamentales para reforzar la piel. De acuerdo con la dermatóloga, algunos de los más encomendados son la niacinamida (vitamina B3) y plantas antioxidantes como Polypodium leucotomos. A ser posible, hay que consumirlos desde abril o mayo.
- Protector solar de amplio espectro
El protector solar es un genial aliado para cubrir el cuerpo de la radiación del sol. Se debe aplicar de forma generosa y cada dos horas. O, en su lugar, tras cada baño.
- Evitar el sol en horas críticas
La radiación solar llega a su pico máximo entre las 12:00 y las 16:00. En esa franja horaria, procura permanecer en la sombra todo el tiempo posible.
- Exposición progresiva
Otro recurso muy práctico que recomienda la especialista es habituar la piel al sol para reducir la intensidad de las reacciones. Es decir, comenzar con pequeñas exposiciones e ir aumentando el tiempo poco a poco.
Cuándo acudir al dermatólogo
Cabe recordar que, en el caso de que la EPL no mejore, acudir a un dermatólogo es el remedio más eficaz. Un experto puede confirmar el diagnóstico y recetar tratamientos adecuados para aliviar síntomas o prevenir su aparición.
La mayoría de veces, la intervención médica es muy útil para acabar con la duración de los brotes en poco tiempo. Asimismo, se reciben pautas para el mantenimiento de la piel.
Disfrutar del sol sin riesgos
Por último, hay que saber que la alergia al sol no tiene que convertirse en una excusa para no disfrutar del verano. Todo pasa por ser precavidos, ser conscientes del estado de la piel y el cuerpo, y de tomar las medidas necesarias para protegernos y que nos afecte lo mínimo.