El Kosner Baskonia, después de varias temporadas en las que la gestión de los cupos de formación supuso un dolor de cabeza para el club, decidió el pasado verano darle una vuelta de tuerca a su plantilla e invertir en fichajes de jugadores formados en España que, al contrario de lo que ocurrió con Sander Raieste y Pavel Savkov el curso pasado, pudieran tener un papel importante en la rotación.
Con ese objetivo se mantuvo en nómina a Tadas Sedekerskis y a Khalifa Diop, los dos cupos que más aportaron el pasado curso, y se firmó a Rodions Kurucs, toda una garantía por su experiencia en Europa y en la NBA, a Rafa Villar y a Matteo Spagnolo. El fichaje del último de ellos fue el que más se hizo esperar. Tras un tira y afloja con el Alba Berlín, que quería obtener rédito por su marcha pero que tampoco se podía permitir mantenerlo en nómina tras cambiar la Euroliga por la Basketball Champions League, el exterior italiano recaló en Vitoria-Gasteiz cuando la cuota de cupos ya parecía cerrada con Villar, Kurucs, Diop y Sedekerskis.
El comienzo de temporada no fue fácil para el joven jugador de 22 años. A caballo entre el puesto de base y el de escolta, Forrest y Nowell partieron por delante de él como directores de juego, mientras que en el puesto de escolta tenía la dura competencia de Markus Howard y la posibilidad de que jugaran allí también Hamidou Diallo, que ejerció como manejador de balón de circunstancias en algunos duelos del inicio del curso, e incluso el canterano Stefan Joksimovic.
En las semanas iniciales de competición, Spagnolo se limitó en la Euroliga a disputar nueve minutos por encuentro y dar algo de descanso a las puntas de lanza de Paolo Galbiati, mientras que en la ACB sí que contó con algo más de protagonismo al favorecerse del descarte obligado de uno de los jugadores extracomunitarios (Forrest, Nowell y Howard), sus principales competidores por el puesto.
Este parecía el rol reservado para Spagnolo en su primera temporada en el Baskonia, pero el jugador ha convencido a Paolo Galbiati con su trabajo y su rendimiento y ha ido poco a poco ganándose los minutos en la rotación hasta convertirse en una de las piezas más utilizadas por el entrenador azulgrana, que lo conoció cuando coincidieron en el Vanoli Cremona.
Ya sea por la actitud y el trabajo individual de Spagnolo o ya sea porque el técnico ha logrado sacar de él su mejor versión, el hecho es que el joven cupo de formación se está convirtiendo en una de las noticias positivas de la temporada y todo un acierto por parte de la secretaría técnica baskonista, que lo blindó en su momento con un contrato de tres años, hasta 2028.
Todoterreno
Si Spagnolo arrancó el curso siendo un apagafuegos que pudiera jugar en distintas posiciones en función de los huecos que dejaran posibles lesiones o ausencias de quienes estaban por delante en la rotación, el italiano ha hecho de esa polivalencia una virtud para mantenerse en pista durante más tiempo y entrar en diferentes quintetos.
Toda una navaja suiza para Paolo Galbiati que, además, no ha sufrido ningún percance físico y se encuentra en una condición excelente. Actualmente es el segundo jugador del equipo que más minutos acumula en la ACB sólo por detrás de Luwawu-Cabarrot y el quinto de Euroliga tras el galo, Tadas Sedekerskis, Hamidou Diallo –ya en China– y Khalifa Diop.
Un trato de estrella para un jugador que se ha tenido que ganar esa incidencia sin serlo. Su físico y su energía le convierten en un defensor sólido tanto en el uno como en el dos. Su capacidad para penetrar a canasta y anotar en bandejas o en tiros de media distancia ha sido siempre su principal virtud, pero a ello le ha sumado además criterio en la dirección de juego, lo cual le ha dado muchos minutos como base especialmente en la ACB, donde ejerce como escudero de Simmons cuando Nowell es el descarte.
Su buena labor, de hecho, ha hecho que Villar sea desplazado al puesto de escolta y ejerza más como un especialista defensivo que como un organizador. En la Euroliga reparte 2,9 asistencias por choque y comete sólo 0,9 pérdidas, por no mencionar que está registrando los mejores porcentajes de su carrera deportiva desde el triple, con un 37,5% de acierto frente al 26,1% del curso pasado con el Alba Berlín. Tira poco, pero cuando el rival lo flota, lo castiga. En la ACB le está costando más ver el aro desde fuera, quizás porque tiene más minutos como base.
La semana pasada, en la que registró 18 puntos, 4 asistencias y 1 rebote contra el Armani y 9 puntos, 3 asistencias y 3 rebotes ante el Valencia Basket, fue uno de los mejores azulgranas y ahora mismo es el escolta más regular del equipo pese a su necesidad de multiplicarse y jugar minutos también en el uno.
En definitiva, Spagnolo, lejos de conformarse con ser un jugador que diera profundidad a la plantilla y ejerciera de comodín para dar descanso a los titulares, se está erigiendo como una pieza crucial en este Baskonia que se frota las manos con la progresión de su exterior de sólo 22 años. El otrora niño prodigio del Real Madrid y del baloncesto italiano ya es una realidad.