En contadas ocasiones, lo que ocurre fuera de la pista en un partido de baloncesto es más importante que lo que ocurre sobre el parqué y el pasado lunes fue uno de esos días en el Virtus Segafredo Arena. El exbaskonista Achille Polonara, que hace poco más de un mes bordeó la muerte al pasar diez días en coma por una complicación tras el trasplante de médula al que fue sometido, apareció en Bolonia para presenciar el encuentro entre la Virtus, equipo en el que militaba cuando se le diagnosticó la leucemia mieloide contra la que está peleando, y el Derthona de la Lega italiana.
Lo hizo, concretamente, para acompañar a su excompañero Marco Belinelli, a quien la Virtus homenajeó tras una carrera deportiva legendaria que llegó a su fin el pasado verano. Polonara se deshizo en elogios hacia el prolífico anotador: “Es uno de los mejores compañeros que he tenido, era como mi hermano mayor. Cuando estuve en el hospital venía a visitarme todos los días”. Normal, por lo tanto, que no se quisiera perder un día tan importante para Belinelli.
El escolta fue el gran protagonista de la velada, pero Polonara también centró buena parte de los focos. El ala-pívot, con contrato con el Dinamo Sassari, fue ovacionado por la que fue su afición y abandonó la cancha con la grada coreando su nombre antes de que finalizara el encuentro.
El choque se resolvió con victoria para el Derthona por 92-77 y Dusko Ivanovic, con quien coincidió tanto en el Baskonia como en la Virtus, no dudó en dedicarles el triunfo a él y a Belinelli: “Estoy muy contento de haber homenajeado a Belinelli esta noche, pero sobre todo estoy muy contento de haber vuelto a ver a Polonara, a quien no había visto en una cancha de baloncesto desde el partido contra el Venecia de play off de la temporada pasada”.
Aún queda mucho para poder volverlo a ver de corto en una cancha, pero sin duda apariciones públicas como esta o haber portado la antorcha olímpica por Roma de cara a los JJ. OO. de invierno son una fantástica noticia para el jugador, que mejora a pasos de gigante.