Sobrevivir en el alambre. Un Baskonia espeso en ataque y dependiente de su calidad individual en cancha contraria como a lo largo de toda la temporada se llevó el triunfo ante el Zalgiris Kaunas de forma agónica gracias al pésimo día de su rival en el lanzamiento exterior –3/22 (13,6%) en triples, algunos de ellos liberados– y su correcta defensa, sobre todo en una primera mitad en la que dejó al cuadro báltico en 30 puntos.
Todo un perro de presa. Un equipo intenso atrás, generoso en el esfuerzo para ahogar a su rival hasta acabar asfixiándole y dejarle sin capacidad tan siquiera para golpear al Baskonia, pero que careció de la pegada para no pasar apuros.
Un sufrimiento ver atacar al Baskonia, manosear el balón, vivir de impulsos y depender de los errores de su rival o de una actividad atrás, que por momentos, fue de lo poco salvable de los de Laso. Y es que la defensa azulgrana maniató al Zalgiris en una primera parte mala de solemnidad por parte de ambos contendientes.
Un trabajo atrás correcto, de lo único salvable del Baskonia, que dio sus frutos. Las estadísticas al descanso así lo confirman. La escuadra de Trincheri se quedó en unos míseros 30 puntos en esos dos primeros cuartos.
Durante la primera mitad, el conjunto de Kaunas tan solo fue capaz de anotar 12 canastas en juego –11/21 (52,4%) en tiros de 2 y un paupérrimo 1/10 (10%) en triples–.
El cuadro báltico sobrevivió durante esa primera mitad gracias a su rebote ofensivo, de nuevo un lunar de grandes dimensiones en el Baskonia. Y es que el Zalgiris se hizo con la friolera de 10 capturas bajo el aro baskonista. Un buen puñado de segundas oportunidades que el cuadro de Kaunas no desaprovechó para agarrarse al partido.
Las trampas de Laso
Eso así, pese a esas concesiones, el Baskonia fue capaz de reducir y mucho los puntos de su rival hasta dejarle en 30 puntos. Todo un mérito. Clave en este aspecto fueron las trampas de Laso, alternando defensas individuales con otras zonales que sorprendieron al Zalgiris hasta dejarle aturdido y sin capacidad de respuesta.
Buena prueba de ello es que en los primeros 10 minutos habían provocado 5 pérdidas al equipo de Trincheri, cifra que se elevó a las 9 en el ecuador del partido. Poco más.
Sin un guía y con Howard
Y es que en ataque se volvieron a ver los problemas de sobra repetidos a lo largo del curso. Un equipo sin ideas, huérfano de un guía que le haga jugar fluido y que pudo salir airoso gracias al acierto exterior o a la verticalidad de sus jugadores que le permitió sacar muchas faltas.
Buena prueba de ello es que de los 38 puntos del Baskonia en la primera parte, 15 llegaron desde la línea del personal.
Ante la falta de un director de orquesta que haga jugar al equipo, la escuadra azulgrana sobrevivió gracias a la verticalidad de jugadores como Moneke –5 faltas recibidas–, o Luwawu Cabarrot –3– y el acierto de un Howard providencial con tres triples, eso sí el último afortunadísimo, en el último parcial. Demasiado poco, pero al menos la victoria se quedó en casa.