El Baskonia ha comenzado con fuerza el año 2025 y, aunque los resultados en el mes de enero no han terminado de acompañar, con cinco victorias y seis derrotas, las sensaciones en cuanto a juego y capacidad de competir del equipo sí que son mejores que las del tramo inicial de la campaña. De hecho, de las seis derrotas que ha encajado el conjunto gasteiztarra en el primer mes del año, cuatro se han producido por dos puntos o menos.
El Estrella Roja ganó en el Buesa Arena por 73-75, la Virtus se impuso en Bolonia por 76-74, el Olympiacos ganó en la prórroga por 101-102 y un triple sobre la bocina de Hezonja con pasos no señalados por el árbitro impidió una victoria azulgrana en Madrid (90-89). Es decir, con diez puntos más el balance en enero habría pasado de un 5-6 a un 9-2 con el que el tramo final de la campaña tendría un color muy distinto.
En cualquier caso y aunque aún quedan muchos errores y problemas que corregir, el paso al frente del equipo es evidente y Chima Moneke ha sido el principal encargado de abanderar esta mejoría con un mes de enero espectacular en cuanto a números, acierto y juego.
El interior nigeriano, tras un comienzo de temporada con constantes picos en su juego, se ha enfundado el mono de trabajo y se ha erigido como el principal líder del equipo cada vez que salta a la cancha. Su aportación ofensiva está fuera de toda duda y este curso es con claridad el máximo anotador del Baskonia en ambas competiciones.
Sin embargo, esas exhibiciones anotadoras iban a veces acompañadas de excesivo individualismo, mala selección de tiro o pasividad defensiva, algo que no ha ocurrido en un mes de enero en el que ha estado muy concentrado.
En los seis encuentros que ha disputado en Euroliga durante este periodo ha promediado 14,7 puntos por encuentro, mientras que en la ACB su media asciende hasta los 17,2 puntos por choque.
Tomando en conjunto las dos competiciones, Chima ha promediado 15,8 puntos por partido en enero con unos porcentajes de acierto extraordinarios: 34/58 en tiros de dos (59%), 22/54 en triples (40,7%) y 40/48 en tiros libres (83%).
De vez en cuando se toma alguna licencia, pero por lo general está teniendo paciencia para encontrar la mejor situación de tiro posible y jugándose su físico cada vez que penetra hacia canasta para provocar faltas (ha recibido 52 a lo largo del mes) y acudir a la línea de personal. Todo ello a pesar de que el arbitraje no suele favorecerle.
Carpanta del rebote
Si sus números anotadores son imponentes, sus registros reboteadores no se quedan atrás. El conjunto gasteiztarra está cimentando sus victorias en su superioridad bajo los tableros, lidera la Euroliga en rebotes por encuentro (36,5 por choque) y gran culpa de ello la tiene Moneke, que es el máximo reboteador azulgrana sumando las dos competiciones, tarea difícil teniendo en cuenta la competencia de especialistas como Donta Hall, Khalifa Diop o Tadas Sedekerskis.
El nigeriano está peleando cada balón como si fuera el último, consiguiendo segundas oportunidades para sus compañeros y lanzando transiciones tras rebote defensivo.
En enero ha promediado 6,6 capturas por encuentro y ha registrado dos dobles dobles contra el Real Madrid (14 puntos, 10 rebotes) y contra el Lleida (21 puntos y 13 rebotes).
Si a esto se le suman 2,1 asistencias por choque y menos de dos pérdidas de media, se suma una valoración de 20,4 créditos por partido en el mes de enero, números sólo al alcance de las grandes estrellas del continente.
Si se toman como referencia sólo los últimos cinco compromisos del Baskonia, sus cifras son aún más salvajes: 29 créditos de valoración contra el Panathinaikos, 43 contra el Breogán, 28 contra el Real Madrid, 25 contra el Lleida y 34 en la meritoria victoria contra el Barça el pasado jueves.
Teniendo en cuenta que su contrato expira en verano y que tendrá numerosos pretendientes entre los grandes equipos de la Euroliga, es difícil pensar que Moneke pueda seguir en Vitoria, pero está dejando claro que su compromiso sigue intacto y que no va a levantar el pie del acelerador.
Tal vez esta versión imparable haya llegado demasiado tarde, pero él aún confía en salvar la campaña. “This shit ain’t over” (esta mierda no ha terminado), escribió en redes sociales tras la victoria contra el Barcelona.
El play in es casi misión imposible, pero con el nigeriano a este nivel hay espacio para una mínima esperanza.