¿Qué tal responde el cuerpo con 50 años? 

–A ver, la verdad es que me mantengo ya que siempre estoy entrenando en el gimnasio y jugando alguna pachanguita, pero no tiene nada que ver con entrenar con un equipo. Hasta ahora responde bastante bien y voy paulatinamente subiendo cada vez más los minutos de entrenamiento, pero lo que pasa es que cuesta un poquito la recuparación.

¿Tiene la sensación de que la cabeza se ve capaz de hacer una cosa y después el cuerpo no le responde? 

–No, ya que trato de manejarlo. Sé lo que puedo hacer y lo que no. Eso pasa a veces con el cansancio. Cuando me falta el aire de tanto ir y venir y todavía no tengo esa recuperación tan rápida, pero eso llegará. Son días de entrenamiento. Hoy por hoy, voy bastante bien en lo que es el manejo del aire, de correr, de pensar y de jugar.

Wolkowyski, durante su primer partido con el Salliver en el que compartió minutos en pista junto a su hijo Thomas La Opinión de Málaga

Va para 51 años. ¿Se ve muchos años más en la cancha? ¿Hasta cuándo va a aguantar? 

–A ver, yo ya me había retirado a los 41, lo que pasa ahora que este regreso surgió por la posibilidad de jugar con mi hijo, que es algo que nunca había hecho. No lo pudimos hacer en Argentina antes de retirarme, ya que él se vino a jugar a la cantera del Unicaja y ahora ha surgido la oportunidad y es un gusto poder hacerlo. Es un sueño que yo me quiero dar poder estar en la pista con mi hijo.

"Me resulta fácil jugar con él porque es un jugador bastante versátil, que puede hacer muchas cosas. Es una experiencia única y muy linda"

Rubén Wolkowyski - Exjugador del Baskonia

¿Qué tal es la experiencia de jugar con su hijo Thomas? 

–La verdad que es muy lindo. Uno como padre siempre quiere tratar de que si tu hijo hace lo mismo que hizo uno, poder disfrutarlo juntos y ver como son las experiencias. Y la verdad es que me resulta fácil jugar con él porque es un jugador bastante versátil, que puede hacer muchas cosas. Pero hablando como padre, es una experiencia única y muy linda.

Ahora que entrenan juntos. ¿cómo afronta esas sesiones? 

–A mí también me encanta competir contra él. Creo que la competencia sana en los entrenamientos hace que un jugador se pueda desarrollar y superarse. Tener a un jugador que te exija defensivamente hace que tu ofensiva se vaya muy arriba y si la ofensiva del otro es muy buena, la defensa tuya tiene que ser mucho mejor para poder igualar. Es lo que trato de hacer con él. Exigirle, aunque él es mucho más rápido que yo y está jugando por fuera. Pero cuando entra por dentro, se lo ponemos un poquito más difícil.

¿Ha llegado a haber algún momento de tensión? ¿Algún pique? 

–No, no. A ver a mi siempre me ha gustado entrenar muy fuerte y creo que uno tiene que entrenar como juega para luego estar acostumbrado. Yo siempre voy a jugar fuerte, pero nunca ha habido ni un roce ni nada parecido. Choques sí, pero hasta ahí.