Sin noticias de la segunda unidad. Desaparecidos. Era el día para que se reivindicaran ante el colista y no aparecieron en escena. Apagados. Mucho. Demasiado, hasta el punto de que Dusko Ivanovic tuvo que recurrir de nuevo a su núcleo duro para levantar un partido que se le había puesto muy cuesta arriba al borde del descanso.
Y es que el montenegrino confiaba en dar un ligero descanso a jugadores como Miller McIntyre, Kotsar, Tadas, Moneke o Marinkovic tras la paliza que se habían dado la pasada semana y viendo lo que está por venir en el horizonte más cercano.
No pudo. Los minutos en pista de todos ellos así lo confirma. Los cinco sobrepasaron los 20 minutos, siendo el escolta serbio el que tuvo una menor presencia con 20:40 y el base estadounidense el más utilizado al jugar casi 30 (29:41), mientras que el alero lituano actuó 24:24, el ala-pívot nigeriano 26:41 y el interior estonio 25:30.
Otro atracón de minutos. Otra paliza pese a no ser la idea inicial del preparador balcánico. Buena prueba de ello es que ya para el primer cuarto había puesto en pista a los 12 jugadores con los que afrontó el partido.
Buscaba rotar a los suyos. Que todos aportasen y conseguir que los menos habituales fuesen entrando poco a poco en la dinámica de esa guardia pretoriana de Dusko.
Sin embargo, ante la falta de una respuesta positiva de esta segunda unidad, al técnico de Bjelo Polje no le quedó más remedio que ir poco a poco echando mano de sus fieles escuderos.
El 29-41 en el marcador a 1:45 para el final del segundo cuarto hizo saltar todas las alarmas en el Buesa. El Baskonia no fluía. Jugadores como Mannion, Chiozza, Raieste o Diop no terminaban de entrar en el engranaje y el cuadro azulgrana lo pagaba con una desventaja notable, que le obligaba a ir a remolque durante toda la segunda mitad.
LOS BASES, SEÑALADOS
Los bases volvieron a quedar una vez más señalados. El equipo se cae con ellos. Blando atrás, sobrepasado, sin fluidez de ideas en ataque y encima para colmo de males pierde muchos balones. Demasiados males, para muy pocos remedios.
Tampoco es que los aportasen en exceso Raieste ni Diop. El alero estonio sigue desaprovechando sus minutos en pista, casi nueve ayer, en los que no hizo ni un lanzamiento. Ni se va de sus rivales para conseguir tiros liberados, ni es capaz de sacarse sus propios puntos.
Diop por su parte aún da la sensación de estar verde. Es incapaz de imponer su envergadura atrás ni sacar provecho de sus movimientos cerca del aro para anotar. No hace daño y a él se lo hacen. Por eso, no es de extrañar que Dusko Ivanovic no contase mucho con todos ellos.
No hay más que echar un vistazo a su presencia en pista. Entre todos ellos jugaron 25:37 –Chiozza (9:16), Raieste (8:46), Diop (5:29) y Mannion (2:06)–, cifras similares a las que jugaron Kotsar, Moneke y Tadas por sí solos e inferior a la de Codi. Es lo que tiene dar poco y desaprovechar las oportunidades.
