Cuando un equipo está de dulce como el Baskonia y todo fluye de manera ordenada, la respuesta es una tacada de victorias como la que el equipo vitoriano está protagonizando en la Euroliga tras la balsámica llegada de Dusko Ivanovic al banquillo.

Eso sí, la cuota de sufrimiento en cada velada está alcanzando ya unos tintes increíbles. Frente al Estrella Roja volvió a salir cara en otra velada convertida otra vez en una moneda al aire pero, a la vez, repleta de buenas noticias.

El vitoriano volvió a ser un equipo que no se dejó prácticamente nada en el tintero en ninguna faceta del juego y que sobrevivió al intento de venganza deportiva protagonizada por un excelso Rokas Giedraitis.

El estelar alero lituano demostró que conoce los aros del Buesa Arena a la perfección y puso el corazón en un puño a los aficionados azulgranas gracias a su incandescente pegada desde el perímetro, aunque por fortuna se le salió de dentro el triple que pudo haber volteado el encuentro prácticamente sobre la bocina.

Giedraitis firmó una actuación antológica en su regreso a Vitoria tras anotar canastas de todos los colores irse a los 24 puntos en 33 minutos. Sin embargo, tuvo una digna oposición en un Rogkavopoulos que definitivamente se ha subido al barco baskonista en el mejor momento de la campaña.

El entrenador montenegrino concedió galones por fin al alero griego frente ante el Estrella Roja con más de 26 minutos en pista. Incluso dejó a Howard en el banquillo durante casi todo el último cuarto permitiendo su presencia y la de Marinkovic en las alas.

Pues bien, Rogkavopoulos respondió a la confianza de Ivanovic con sus minutos más fructíferos desde que viste la elástica azulgrana. No solo cumplió con creces en ataque con cuatro triples y una canasta doble en tramos críticos de la velada, sino que atrás también fue importante merced a su capacidad para cambiar en todos los bloqueos y defender incluso a pares más altos. Con un tono físico mucho mejor, queda claro que será una pieza muy útil para la rotación. 

El heleno dejó en un segundo plano en su puesto a Díez y Raieste, al que Ivanovic recurrió de forma circunstancial en el tercer cuarto para tratar de minimizar la álgida producción ofensiva de Giedraitis.

Chiozza vuelve al equipo

Como escudero de Miller-McIntyre ejerció en esta ocasión un Chiozza sobre el que continúan depositadas muchas miradas. El club dispone de una opción de corte para prescindir de él durante este mes de diciembre y el base de Memphis, si no quiere hacer las maletas, necesita subirse cuanto antes a una locomotora que circula a toda velocidad.

Tras dos partidos alejado del primer plano ante el Joventut y el Fenerbahce, Chiozza ofreció luces y sombras. Es cierto que erró lanzamientos abiertos producto de la desconfianza en la que se encuentra sumido, pero aportó clarividencia en ataque y propició ventajas para sus compañeros con un tres asistencias en su primera entrada en pista.

Tras el descanso, eso sí, no estuvo tan afortunado y Miller-McIntyre, arrebatador con la friolera de 12 pases de canasta, tuvo que hacerse nuevamente con las riendas del equipo en plena remontada de un Estrella Roja que causó estragos con su fortaleza en el rebote ofensivo y dispuso de un balón ganador en el Buesa.