Poder disfrutar de un pívot como Jahlil Okafor (Arkansas, 1995) en la ACB esta temporada es todo un lujo tanto para los aficionados del Casademont Zaragoza como para sus rivales, aunque resulta inevitable sentir algo de lástima al ver cómo un jugador destinado a estar dominando la NBA pelea no ya por alcanzar el nivel que se esperaba de él en el inicio de su carrera, sino por poder disfrutar con continuidad de un deporte que ha sido cruel con él.

El pívot estadounidense de origen nigeriano estaba llamado a ser un contrapunto a los interiores modernos de la NBA. Alguien encargado de mantener viva la tradición de pívots con un pulido juego de pies con el que generar muchos puntos en el poste bajo frente a los dos prototipos que predominan en la actualidad: el cinco abierto y el de portentoso físico que juega por encima del aro.

De hecho, antes incluso de comenzar su etapa universitaria fue reconocido por la prestigiosa revista Sports Illustrated como uno de los Future Game Changers, es decir, uno de los jóvenes atletas de su generación llamados a tener un impacto en sus respectivos deportes e incluso potencial para cambiar la forma de concebirlos. Tras ello, cumplió de sobra con lo que se esperaba de él en su único año en la universidad, en el que se proclamó campeón de la NCAA con Duke en una campaña en la que promedió 17,3 puntos y 8,5 rebotes.

Okafor, durante su etapa universitaria

Okafor, durante su etapa universitaria Getty Images

Con un físico privilegiado y un talento innato para generar puntos en el poste bajo, no sorprendió a nadie que fuera elegido en el puesto número tres del Draft de 2015 de la NBA con solo 19 años, quedando únicamente por detrás de dos jugadores que han sido All-Star como Karl-Anthony Towns y D’Angelo Russell y por encima de actuales superestrellas de la competición estadounidense como Devin Booker, Kristaps Porzingis o Myles Turner, además de ilustres de la Euroliga como Mario Hezonja o Willy Hernangómez e incluso el baskonista Dani Díez, puesto 54.

En su debut con los Philadelphia 76ers no defraudó al anotar 26 puntos y 7 rebotes contra los Boston Celtics y unos días después registró un doble doble de 21 puntos y 15 rebotes contra los Chicago Bulls. Sin embargo, esos felices días con 19 años y el futuro en sus manos serían los mejores de su carrera deportiva, ya que en febrero de 2016 y tras un fortuito choque con su compañero Isaiah Canaan, actual jugador del Olympiacos, sufrió una lesión en el menisco a partir de la cual comenzó su caída al abismo.

De más a menos

Pese a que no volvió a jugar en toda la temporada, Okafor terminó quinto en la votación a mejor rookie del curso tras registrar unos promedios de 17,5 puntos y 7 rebotes, aunque las esperanzas en él depositadas fueron poco a poco diluyéndose. La siguiente campaña la comenzó con restricción de minutos para cuidar su rodilla, logró momentáneamente recuperar su mejor nivel y volver a registrar números extraordinarios, pero de nuevo la rodilla le impidió terminar la campaña al dejarlo fuera de la competición en marzo.

Los Sixers dejaron de confiar en que recuperara su mejor forma y tras decidir no ejecutar la opción de su cuarto año de contrato, lo traspasaron a los Brooklyn Nets, que intentaron recuperar al mejor Okafor sin éxito. Luego llegaron los New Orleans Pelicans, donde sí tuvo alguna actuación destacable, pero no fueron más que partidos aislados sin continuidad por sus problemas físicos

Tampoco triunfó en Detroit y tras 247 encuentros oficiales en la mejor liga del mundo y ser cortado en varias ocasiones, decidió marcharse a la Liga China en 2022 y el curso pasado militó en la Liga de Desarrollo de la NBA con los Capitanes de Ciudad de México, etapa en la que se rompió el tendón de Aquiles.

El camino fácil posiblemente habría sido seguir haciendo números en China y en la Liga de Desarrollo, pero Porfirio Fisac le ha devuelto las ganas de competir. “Tuve una conversación con él y le dije que creía que había perdido el hambre. Me convenció en ese sentido y me dijo que estaba dispuesto a esforzarse y a trabajar. Tiene ilusión por probar en Europa y saber hasta dónde puede llegar”, dijo el técnico tras conocerse su fichaje. Una apuesta arriesgada sin duda para el Zaragoza por su historial de lesiones.

Antes de comenzar el curso volvió a publicar un mensaje en su Instagram tras dos años sin utilizar esta red social en la que tiene medio millón de seguidores (diez veces más que el Zaragoza) asegurando que “lo mejor está por llegar” y en la victoria contra Unicaja dio muestras de su talento al anotar 18 puntos y recoger 5 rebotes. Si las lesiones lo respetan, puede ser una bendición para la ACB en la que tal vez sea la última bala de Okafor para ser un hombre importante en el mundo del baloncesto. El Baskonia, por su parte, deberá intentar que no sea mañana el día en el que recupere su brillo.