Esta temporada se van a cumplir 18 años de la última final de la ACB sin presencia de, al menos, uno de los dos clásicos de la competición: Barcelona y Real Madrid. Fue en el curso 2005-06 cuando Unicaja y el Baskonia disputarían un título que entonces cayó del lado malagueño. Desde entonces, se han disputado 17 ediciones en las que, al menos uno de los dos clubes futboleros ha estado presente en la final y hasta en diez de ellas merengues y blaugranas han sido los protagonistas. 

Un dominio abrumador. Los precedentes así lo confirman. Los dos clásicos del baloncesto español se han disputado entre sí los tres últimos campeonatos de liga. En estos 17 años anteriores tan solo el Baskonia en tres ocasiones –2008, 2010 y 2020–, junto al Valencia en 2017, han conseguido romper el tiránico dominio impuesto en la ACB por Barça y Madrid.

Pues bien, el Baskonia luchará esta campaña por volver a ser una alternativa a la hegemonía de culés y merengues. Tras pinchar en hueso el pasado ejercicio a la hora de la verdad, la tropa liderada por Peñarroya aspira, en el segundo año del técnico catalán en el banquillo del Buesa, a acompañar ese fabuloso juego con resultados o, como mínimo, estar más cerca de la pelea por los títulos.

Seguir incordiando a los grandes El mensaje es el mismo que hace un año. “Queremos seguir molestando”, insistió Peñarroya en su primera comparecencia pública tras el regreso de vacaciones. Para ello, el club vitoriano ha dotado al técnico de Terrassa de jugadores de un perfil más físico con el que confían en ser más competitivos frente a los grandes transatlánticos del continente.

La incorporación de jugadores como Moneke y Khalifa Diop dotará de más solidez e intensidad defensiva al Baskonia Pilar Barco

Más músculo, más defensa

La fragilidad defensiva privó la pasada temporada a la escuadra gasteiztarra de propinar ese golpe en la mesa en los momentos calientes del curso y ahora este renovado Baskonia cuenta con más músculo para suplir esas carencias atrás y ser un candidato a poder subir un peldaño más. La llegada de Moneke, Khalifa Diop y Codi Miller-McIntyre permite vislumbrar un Baskonia más intenso, más sólido en defensa y con una mayor capacidad reboteadora.

Un equipo que seguirá jugando a ritmo de vértigo, volando por encima del aro y confiando en su puntería desde más allá del arco gracias a francotiradores como Howard, Dani Díez, Marinkovic o el recién llegado Nikos Rogkavopolulos, lo que le permitirá alcanzar grandes anotaciones, pero a la vez cuenta con elementos suficientes para endurecer el partido y evitar también recibir muchos puntos. Mayor equilibrio.

Creatividad con Mannion en la dirección de juego y cemento armado con Codi Miller-McIntyre. Versos libres con Howard y solidez con un cada día más consistente Tadas Sedekerskis. Un multiusos como Costello para la pintura, capaz de hacer daño dentro y fuera gracias a su notable lanzamiento exterior, al lado de un guerrero como Kotsar, que ya ha encontrado un nuevo socio en Mannion para ejercer el pick&roll. La guinda en la zona la pone Khalifa Diop con su imponente físico y el atlético Moneke. Queda claro que es un Baskonia con más recursos y mucho más versátil. 

La llegada de Campazzo

Eso sí, la escuadra vitoriana parte en los pronósticos iniciales un peldaño por detrás de blancos y blaugranas. De nuevo, Real Madrid y Barcelona copan todas las quinielas para llevarse los principales títulos de la competición doméstica. Vuelven a ser los grandes favoritos.

Para empezar, ambos ya se han enfrentado en la pasada Supercopa, que cayó del lado madridista. Un espaldarazo para la autoestima de Chus Mateo con el que quitarse el mal sabor de boca de la contundente derrota sufrida en la última final liguera ante su eterno enemigo por 3-0. 

Tras ocupar el hueco de Pablo Laso, el técnico madrileño supo sacudirse la pasada temporada las dudas iniciales sobre su valía en su primer curso como entrenador principal al hacerse con el título de la Euroliga.

En esta ocasión, dispondrá de un menor fondo de armario tras las bajas de Williams-Goss, Randolph, Cornelie y Hanga, y tan solo el fichaje de Campazzo. El base argentino, que regresa a los 32 años a la casa blanca tras su periplo por la NBA y unos meses en el Estrella Roja, ya ha demostrado de inicio la calidad que atesora al conquistar el MVP de la pasada Supercopa.

El albiceleste volverá a estar rodeado de grandes jugadores como el interminable Tavares, uno de los jugadores más determinantes de la competición, Musa, Deck, Yabusele, Hezonja, Poirier y veteranos curtidos en mil batallas como Sergio Rodríguez, Causeur, Llull o Rudy. Una plantilla de indudable calidad, posiblemente la mejor de Europa.

Un Barça renovado y más alegre

El otro gran aspirante es un Barça mucho más renovado que su archienemigo. Para empezar, el cuadro afincado la Ciudad Condal estrena jefe en el banquillo. Roger Grimau toma las riendas en detrimento del lituano Saras Jasikevicius, que ya es historia por las penurias económicas. Su férreo baloncesto aburría al aficionado culé, que confía en que el nuevo rumbo en el banquillo suponga una entrada de aire fresco.

Al menos, los jugadores así lo ven. “El cambio es impactante”, indicó hace semanas Álex Abrines sobre una nueva manera de hacer tanto en el vestuario como en la pizarra. El estilo de Grimau está en principio muy alejado del látigo de Saras. El exjugador blaugrana apuesta por un baloncesto más alegre, menos rígido y con más libertad para los jugadores. 

La renovación blaugrana ha vuelto a ser muy profunda, apostando en esta ocasión por el jugador nacional. Este verano han abandonado el club seis jugadores: Mirotic, Tobey, Kuric, Higgins, Sanli y Sergi Martínez y han llegado tres internacionales con España –Willy Hernangómez, Joel Parra y Darío Brizuela–. El cuarto fichaje del Barça es Jabari Parker, un ala-pívot estadounidense de 28 años y 2,01 metros que fue número dos del draft de 2014 y sobre el que hay grandes esperanzas, pero sobre el que se ciernen grandes dudas tras permanecer casi dos temporadas sin jugar por culpa de sus problemas físicos.

El canadiense Kassius Robertson, ex del Obradoioro, ha sido uno de los fichajes de este curso del Valencia Basket ACB

Un Valencia más físico

Por detrás aparece de nuevo un Valencia Basket que tras su decepcionante temporada confía en volver a estar de nuevo arriba en el segundo curso de Alex Mumbrú al mando del cuadro taronja.

El conjunto valenciano, al igual que el Baskonia, ha apostado por dotar de mayor poderío físico a su plantilla. Este verano han emigrado del club, además de su director deportivo, Chechu Mulero, un histórico como Bojan Dubljevic. Junto al montenegrino también han salido de Valencia Basket jugadores con calidad como Prepelic, Shannon Evans, Kyle Alexander y el veterano Sam Van Rossom.

En su lugar han aterrizado otros jugadores con indudable pedigrí en Europa como Semi Ojeleye (Virtus) y Brandon Davies (Olimpia Milano), junto a otros que han brillado en sus respectivas ligas como el canadiense Kassius Robertson, ex del Obradoioro, Damien Inglis (Gran Canaria), Nate Reuvers (Reggiana) o el pívot senegalés Boubacar Touré procedente del Tofas Bursa turco.

Ibon Navarro sigue al frente de un Unicaja al alza que ha apostado por la continuidad de la plantilla que tanto brilló el pasado ejercicio M.Pozo

Continuidad en Unicaja

El último outsider capaz de romper, a priori, el monopolio de los clásicos es el Unicaja de Ibon Navarro. El técnico gasteiztarra ya fue capaz de doblegar a ambos en la pasada Copa del Rey en la que el cuadro del Martín Carpena llevó a cabo una espectacular gesta antes de alzarse con el título.

El proyecto malagueño ha apostado por la continuidad. De hecho, tan solo han realizado un fichaje esta temporada, además del temporero Ilimane Diop, y ha sido el del exterior Kameron Taylor procedente del Girona. Una contratación obligada, además, tras la inesperada marcha de Darío Brizuela al Barça.

Ahí siguen los Perry, Alberto Díaz, Kalinoski, Ejim, Djedovic, Barreiro, Kravish, Osetkowski, Will Thomas, Sima y Lima, que tan buenos resultados dieron el pasado ejercicio y con los que confían en volver a dar guerra en este. Elementos más que suficientes y de calidad con los que el alquimista Ibon Navarro podrá elaborar una nueva fórmula exitosa. De momento, durante la pasada Supercopa, con un equipo mermado por la falta de pívots, ya demostró que está en condiciones de volver a tutear a los más grandes.

El exbaskonista Natxo Lezcano dirige esta temporada al recién ascendido Andorra ACB

Los nuevos

Por último, la Liga ACB que arranca este sábado lo hará con dos novedades en la nómina de participantes. Los huecos de los descendidos Betis y Fuenlabrada han sido cubiertos por un Morabanc Andorra que regresa a la máxima competición nacional de la mano del exbaskonista Natxo Lezkano y del Zunder Palencia.

Los del Principado y los palentinos son, a priori, las cenicientas de la categoría y partirán con el claro objetivo de eludir el descenso. Para ello, ambas escuadras han llevado a cabo una importante renovación en sus plantillas. Hasta seis caras nuevas presenta el conjunto andorrano y nueve el palentino. Una revolución en toda regla para competir en un campeonato marcado por el favoritismo de los clásicos. Un monopolio que el Baskonia aspira a romper.