La derrota sufrida por el Baskonia el pasado sábado contra el Joventut en el primer partido de cuartos de final de la ACB fue el ejemplo perfecto de que en el play off si no se eleva al máximo el tono defensivo, las opciones de salir victorioso son escasas, sea cual sea la entidad del rival. El conjunto gasteiztarra, que se mostró prácticamente intratable durante toda la liga regular, en la que igualó su mejor balance histórico (28-6), no fue capaz de transmitir esa jerarquía al primer encuentro de eliminatorias, en la que ni siquiera el apoyo de su fortín fue suficiente ante una Penya que se mereció el triunfo.
El cuadro de Joan Peñarroya terminó con sus números habituales en ataque al alcanzar 91 puntos (promedió 92 en la fase regular), pero en defensa sencillamente no estuvo a la altura de la intensidad y concentración que exige el play off y permitió a un equipo como el Joventut, que no destaca por registrar anotaciones altas (81,9 de media esta temporada) alcanzar los 99 puntos, algo que no es común ver en la fase final.
De hecho, se trata de la mayor anotación que encaja el Baskonia en un partido de play off desde el año 2009, cuando perdió por 102-82 contra el Real Madrid en el segundo partido de semifinales. En aquella ocasión, la defensa interior azulgrana hizo aguas y Felipe Reyes, con un 9/10 en tiros de dos, junto al resto del conjunto merengue, lo aprovechó para llevarse la victoria con comodidad. Encajar alrededor de 100 puntos en un duelo de eliminatorias de la ACB suele ser sinónimo de derrota y es el principal aspecto en el que deberán mejorar los alaveses de cara al choque del martes.
Como mínimo, el Baskonia tendrá que igualar de principio a fin la intensidad y tono físico que impuso el Joventut en el primer encuentro de la serie, ya que luego en ataque cuenta con calidad de sobra para hacer daño. Lo que no se puede permitir es volver a encajar 28 puntos en el primer cuarto, algo que condicionó el resto del encuentro.
Markus Howard, pese a su notable actuación ofensiva, no fue capaz de contener a Kyle Guy, que se encendió en esos primeros compases y luego resultó imparable con 36 puntos, la mayor anotación histórica de un jugador del Joventut en play off. Enoch, una de las novedades del quinteto inicial, se mostró blando, lejos de la intensidad que requieren estos encuentros, y no volvió a pisar la cancha tras ser sustituido. Quizá por esos flancos puedan llegar los ajustes de Peñarroya para el segundo encuentro con la intención de elevar el tono físico en los primeros minutos y establecer esa vara de medir para el resto de azulgranas que vayan entrando en cancha.
Buenos y malos indicios
La noticia positiva para los gasteiztarras es que, al contrario de lo que sucedió en la Copa del Rey, en la que una actuación similar ante el Joventut les mandó a casa en cuartos de final, ahora aún tienen la oportunidad de arreglar el desastre y reconducir la eliminatoria, aunque se han quedado sin red de seguridad. La mala es que en lo que va de temporada el equipo se ha encogido en todas las citas a vida o muerte que ha disputado. Sucedió en los mencionados cuartos de final de Copa del Rey (94-81), tampoco logró imponerse al Olympiacos en la última jornada de la Euroliga con el Top 8 en juego (86-78) y ante el Barcelona en ACB no fue capaz de asegurar la primera posición de la fase regular ante un Buesa Arena a reventar (84-91). La falta de experiencia y veteranía de la plantilla ha podido perjudicar al equipo en estas ocasiones, pero ya debería tener la lección aprendida para Badalona, donde, en caso de volver a fallar, podría poner el punto y final a su temporada.
Eso sí, el Baskonia ha demostrado en otras ocasiones a lo largo de su historia tener capacidad de levantarse ante situaciones adversas como la actual y a eso deberán aferrarse los de Peñarroya. De hecho, en las tres ocasiones en las que los vitorianos han encajado 99 puntos o más en un partido de play off en este siglo, han logrado reponerse y superar la eliminatoria. Sucedió en la mencionada semifinal de 2009 contra el Real Madrid, que se terminó decidiendo por 2-1 a favor del Baskonia en el tercer partido; en los cuartos de final de 2008, en la que tras caer por 100-95 en cuartos contra el Valencia los azulgranas ganaron todos los duelos restantes hasta proclamarse campeones; y en el curso 2001, cuando la derrota por 91-104 en casa ante el Estudiantes en cuartos de final no desmoralizó a los alaveses, que ganaron los dos partidos en Madrid y pasaron a semifinales con un global de 1-3. Mientras haya opciones, hay esperanza.