El Baskonia afronta esta noche la incómoda visita del decepcionante Armani Milan, uno de los transatlánticos de la Euroliga que, pese a atravesar una negativa dinámica de resultados fuera de sus fronteras –en la Lega tan solo acumula una derrota en ocho jornadas–, se encuentra respaldado por una plantilla plagada de estrellas. El conjunto vitoriano tiene ante sí la posibilidad de dar un golpe sobre la mesa y mantener viva la ilusión por afianzarse entre los ocho mejores.

Ahora bien, no será una tarea sencilla, pues los pupilos de Ettore Messina viajan a la capital alavesa con el cuchillo entre los dientes y el claro objetivo de revertir su decepcionante trayectoria. Por ello, la velada ante la lujosa escuadra lombarda encierra más dificultades de lo que indica la clasificación. Cuando se dio el pistoletazo de salida al torneo parecía impensable que el Armani viviera los agobios actuales, pero esta glamurosa Euroliga no atiende a presupuestos ni jerarquías de ninguna clase.

Mientras Peñarroya mantiene la duda de Sedekerskis por sus problemas musculares, el Armani aterrizará en Vitoria sin Pangos, Datome y Shields, tres piezas que incrementarían con creces la calidad de un roster en horas bajas. Ahora bien, Messina ha recuperado para la causa a Billy Baron, un especialista desde la línea de 6,75 que eleva la munición del ataque italiano.

El de esta noche es, también, un choque entre estilos opuestos. El Armani es el equipo menos anotador de toda la Euroliga con 68 puntos por jornada y no termina de conseguir la química ideal entre las numerosas piezas que maneja Messina, la última de ellas el francés Luwawu-Cabarrot. Mientras tanto, el Baskonia es uno de los conjuntos más vistosos y alegres de la máxima competición. Su ritmo frenético en las transiciones y su desparpajo para lanzar triples han provocado que los alaveses sean el segundo mejor artillero. Quien imponga su ley en este sentido, tendrá mucho ganado.

El Buesa Arena será testigo de otra jornada de altos vuelos en la que el Baskonia aspira a consolidar su posición dentro del Top 8. Ese mismo carácter que impregna la grada puede erigirse en un factor beneficioso para el maratoniano azulgrana. Así lo ve Joan Peñarroya, quien insistió ayer en que la afición “ayuda a competir”.

La estadística lo refleja igualmente porque el conjunto alavés es uno de los mejores locales de la Euroliga. El coliseo de Zurbano está recuperando su efecto intimidatorio de antaño y es así como los de Peñarroya han rubricado cuatro triunfos en los cinco partidos disputados hasta la fecha.