Maik Kotsar, uno de los cinco nuevos rostros que lucirá el Baskonia en la próxima temporada, se está convirtiendo, por méritos propios, en el jugador revelación de la selección estonia. Pese a que el combinado báltico necesite ya una carambola para superar la fase de grupos tras haber perdido sus tres primeros compromisos, las últimas dos actuaciones del interior estonio llaman a la ilusión de la parroquia azulgrana, que está deseosa por ver a la escuadra orquestada por Peñarroya en el parqué de Zurbano.

En el último compromiso ante Croacia el de Tallin fue una pieza prácticamente inamovible en la pista, pues disputó 35 minutos a pleno rendimiento ante jugadores de nivel NBA como Saric y Zubac. El fichaje baskonista anotó 17 puntos firmando un notable 8/13 (61.5%) en tiros de dos y se adueñó de cinco rebotes, cuatro de ellos ofensivos. Se mostró discreto en el tiro libre con un 1/5 (20%) pero adornó después sus estadísticas con tres asistencias, tres robos y una valoración de 19 créditos, siendo el líder de Estonia en este apartado.

Un crecimiento exponencial

De menos a más desde que comenzó el campeonato ante Italia, una de las anfitrionas del Eurobasket, el pívot báltico ha crecido con el paso de los partidos. Después de ofrecer un decepcionante estreno ante el combinado encabezado por Fontecchio y sufrir ante la movilidad de Melli, el jugador baskonista se entonó ante Ucrania, donde minimizó el potencial de Len, y ayer dio continuidad a esas buenas sensaciones ante Croacia, siendo el mejor de los estonios.

Sin embargo, sus buenas actuaciones a nivel individual, en las que ha demostrado una gran movilidad y lectura de juego en ataque, no han librado de la quema a una selección que, obviamente, no es aspirante a las medallas, y contrastan con las de un Raieste que no ha gozado del protagonismo deseado y ayer no consiguió sumar puntos a su casillero en los ocho minutos en los que participó. Tras las tres derrotas ante Italia (83-62), Ucrania (73-74) y Croacia (73-70), la selección de Kotsar tendría que ganar los próximos partidos ante Gran Bretaña y Grecia y esperar a que los resultados de los rivales les favorezcan. Las posibilidades de alcanzar los octavos son mínimas y, por ello, el regreso a la disciplina baskonista de Raieste y Kotsar está más cerca.