El Baskonia lo intentó por todos los medios en el segundo partido de la serie en el Buesa Arena, pero no fue capaz de cerrar el pase a la semifinal ante su público. El cuadro gasteiztarra se quedó corto en varias facetas, y la principal diferencia entre ellos y el conjunto taronja fue la desigual aportación de los hombres del banquillo. De hecho, la segunda unidad de Joan Peñarroya anotó el sábado el doble de puntos que sus homólogos en el cuadro de Spahija, con 55 frente a los 27 puntos. Una diferencia demasiado amplia que los titulares azulgranas, Baldwin, Giedraitis, Fontecchio, Peters y Enoch, no fueron capaces de compensar pese a sumar 21 puntos más que el quinteto inicial del Valencia Basket.

La corta rotación baskonista ha sido un problema recurrente esta temporada y, a pesar de que el club ha intentado dotar a Spahija de más opciones en su banquillo con la incorporación de Wetzell, la escasa profundidad de la plantilla sigue siendo uno de los principales puntos débiles del Baskonia.

En el primer partido en Valencia el duelo entre suplentes estuvo más igualado, con 27 puntos por parte de cada banquillo y un reparto más generoso de minutos entre los alaveses. Todos los que jugaron anotaron. Sedekerskis dos puntos en un minutos, Wetzell cuatro en 11 minutos, Marinkovic dos en 10, Granger cuatro en 24 y Costello 15 en otros 24. De hecho, son estos dos últimos los únicos suplentes en los que realmente confían y en el segundo encuentro en el Buesa fueron los únicos que se salvaron de la quema, con 13 puntos cada uno. Wetzell solo disputó cuatro minutos, Marinkovic tres y Raieste cinco, sumando solo un punto entre los tres. Habrá quien diga que los puntos no lo son todo, pero es que la diferencia en valoración en dicho partido entre un banquillo y otro es abismal: 28 créditos de los vitorianos frente a los 62 de los valencianos. Más del doble.

Distintas filosofías

También es cierto, por otro lado, que la corta rotación del Baskonia no se debe solo a las características de la plantilla, ya que la filosofía de Spahija con las rotaciones tiene mucho que ver. El técnico croata ha dejado claro desde que llegó que confía en un reducido grupo de jugadores y ni siquiera en los partidos más cómodos ha dado oportunidades a los menos habituales de mostrarse y coger ritmo de partido. Piezas como Tadas Sedekerskis, que demostró la pasada temporada y al principio de esta que es un jugador perfectamente válido para este equipo por sus cualidades físicas y su buena defensa, ha jugado un solo minuto en lo que va de cuartos de final, y le dio tiempo a anotar dos puntos. Esta claro que los hombres de rotación azulgranas no han estado a la altura en los últimos meses, pero es que cuando no juegan y de repente, como le ocurrió a Raieste en el segundo partido, entran en la cancha de forma inesperada, es difícil rendir.

Todo lo contrario ocurre con Joan Peñarroya. El técnico catalán tiene más alternativas en su plantilla, pero también ha sabido aprovecharlas y conseguir que todos los jugadores se sientan implicados y se vayan intercambiando el protagonismo en cada partido. Algo que ha sucedido en los dos partidos de la serie contra el Baskonia, en los que han participado los doce convocados taronja sin excepción, es un buen ejemplo de lo que lleva haciendo toda la temporada. Jóvenes canteranos como Pradilla, Puerto o Ferrando cuentan con la confianza del técnico, saben que tienen libertad para hacer su juego y eso les permite ser valientes y aportar energía extra al equipo.

En el primer choque el banquillo valenciano no estuvo bien, pero aun y todo disputó 83 minutos frente a los 71 del Baskonia. En el segundo la diferencia fue mayor, con 122 minutos de los suplentes visitantes y solo 55 de los locales. Y es que, además de los beneficios evidentes de obtener más puntos de la segunda unidad, esta rotación tan amplia y equitativa permite tener a más jugadores enchufados que puedan dar un paso al frente si las estrellas del equipo no están bien y que los jugadores lleguen con más oxígeno en las piernas en los últimos minutos, algo que permite equilibrar la superioridad física de la plantilla del Baskonia.

Deberes para el futuro

A estas alturas de la temporada y jugándoselo todo a vida o muerte en la Fonteta, sería contraproducente introducir cambios en la rotación y, de hecho, es posible que los menos habituales vean aún más reducida su participación en favor de los siete jugadores en los que más confía Spahija (los titulares, Granger y Costello) con el objetivo de dejarlo todo en el que puede ser el último partido de la temporada.

En cualquier caso, puede ser una tarea pendiente para la dirección deportiva de cara al futuro y seguro que se intenta construir una plantilla más compensada este verano. Hasta entonces, no queda más remedio que darlo todo con los que están y pelear hasta el último minuto por lograr el pase para la semifinal. La Fonteta decidirá si la estrategia acertada es la de Joan Peñarroya o la de Neven Spahija.