Cuando un equipo anda escaso en talento, bien sea por lesiones, ausencias o por baja forma, no le queda otra que bajar el culo y morir en defensa. Ese era el caso del Baskonia hasta hace poco. Pero ahora no.

En Belgrado se apagó algo más que el marcador. La avería en el luminoso retrasó en cerca de un cuarto de hora el comienzo del último cuarto, pero el Baskonia ya se había apagado mucho antes.

El equipo vitoriano llegó a ese último parcial con 16 puntos de desventaja. Y había demasiados jugadores desconectados para entonces. Exceptuando a Polonara en el primer cuarto y las intermitencias de Giedraitis, nadie más en el Baskonia ofreció el nivel mínimo imprescindible para competir en la Euroliga.

Aquel Jordan Loyd que a punto estuvo de eliminar a los de Dusko Ivanovic jugando en las filas del Valencia en la atípica fase final de la Liga pasada, se desquitó ayer con una rabia destada y una calidad incuestionable. El escolta estadounidense se destapó con 30 puntos, cinco triples incluidos.

Por parte baskonista Giedraitis llegó hasta los 26 (6 triples) pero el Estrella Roja nunca le temió ni se sintió amenazado por el lituano. Los puntos de Loyd servían para matar al Baskonia mientras que los de Giedraitis solo contribuían a su lucimiento personal.

Claro que si la producción del escolta fue inútil para su equipo, qué decir del resto. 10 asistencias de Henry, 13 puntos de Vildoza... Muy poco para compensar los arreones de Simonovic (16 puntos aparte de anular a Peters), Walden o Hall. Los jugadores de Sasa Obradovic aparecían para aumentar las ventajas, los de Ivanovic solo querían que el partido se acabase cuanto antes.

Vistos los resultados cosechados hasta ahora, parece evidente que el éxito de Baskonia se produce en partidos cercanos a los 75 o 76 puntos. Las únicas excepciones se produjeron en Liga ante el Fuenlabrada (73-89) y el Estudiantes (84-86). En el resto, los triunfos y las derrotas han dependido de la capacidad vitoriana para dejar a sus rivales por debajo de esos guarismos.

Valencia (73) y Real Madrid (63) mordieron el polvo. Sin embargo, Murcia (83) y ayer Estrella Roja (90) doblegaron sin demasiados miramientos al conjunto vitoriano.

No hay mucha más cera de la que arde. Hubo momentos en los que el Baskonia simultaneaba en cancha a Raieste, Kurucks y Sedekerskis. Y a pesar del evidente empeño de los jóvenes, aún están demasiado verdes para revolucionar un partido de Euroliga. Incluso volvió Dragic al inicio del tercer cuarto... solo para poner en evidencia que se tenía que haber postergado su regreso. Apenas duró dos minutos sobre el parqué. El mismo tiempo que el ayer titular Fall. Hay demasiados desajustes en este equipo todavía. Y sufre apagones espectaculares.

Visto cómo va la temporada, este Baskonia está condenado a perder si concede más de 75 puntos a sus rivales