Vitoria - A la fase regular de la presente edición de la Euroliga únicamente le restan ya ocho jornadas para bajar el telón y, como consecuencia, cada compromiso se convierte en una auténtica final para sus protagonistas. Especialmente en el caso de los conjuntos que se encuentran en una situación alejada de los objetivos con los que habían iniciado el curso. Un escenario que, desgraciadamente, es en el que se mueve esta campaña el Kirolbet Baskonia. El plantel vitoriano marcha en la actualidad en la duodécima posición de la tabla, a dos triunfos de la octava plaza que concede el pasaporte al Top 8.
Una meta a la que la entidad de Zurbano continúa tratando de llegar con uñas y dientes. Para ello, está obligada a aprovechar al máximo todas las opciones que se le pongan a su alcance por reducidas que sean y el duelo de esta noche frente al Bayern de Munich es una de las que no puede dejar escapar. Porque pese a que es una realidad incuestionable que el plantel de Dusko Ivanovic se encuentra todavía lejos del nivel de rendimiento ideal, no lo es menos que debería ser capaz de regresar a casa con la undécima victoria del curso en el equipaje.
El Bayern es uno de los conjuntos con menos pedigrí del torneo continental y, como penúltimo clasificado, está totalmente descolgado de la pelea por acceder a la siguiente fase del torneo. Los malos resultados provocaron semanas atrás la salida del banquillo de Dejan Radonjic para dar paso a su segundo Oliver Kostic y el cuadro germano parece en estos momentos más preocupado por la competición doméstica que por la Euroliga.
Un escenario, en definitiva, aparentemente propicio para que el Baskonia de un paso más en su progresiva recuperación y sume un triunfo -el tercer consecutivo- que le permitiría continuar alimentando su esperanza. Para ello, eso sí, la escuadra gasteiztarra deberá mostrar la solvencia y regularidad que le ha faltado en buena parte de sus comparecencias. De lo contrario, sus opciones se evaporarán.