Vitoria - En los tiempos pasados en los que la educación por discursos tan políticamente correctos como los actuales, los padres solían recurrir a la amenaza del coco para conseguir que sus hijos pequeños terminaran haciendo alguna de las tareas a las que oponían resistencia. El clásico ‘como no... vendrá el coco’ era una letanía continua que se repetía una y otra vez variando en función de la ocasión el contenido central de la advertencia. Pues bien, aunque el paso del tiempo ha convertido esta figura en poco más que un recuerdo divertido, lo cierto es que esta noche reaparecerá en el Buesa Arena. Porque si hay algún rival que se ha convertido en el particular ogro del Baskonia en los últimos tiempos ese es el Olympiacos que esta noche volverá a pisar el parqué vitoriano.

La escuadra griega casi nunca aparece en los comienzos de las temporadas entre los principales favoritos pero, año tras año, consigue colarse entre los escogidos a base de mantenerse fiel a un estilo que le ha reportado espectaculares resultados. Probablemente pocos incluirán el juego del Olympiacos entre sus recuerdos baloncestísticos más brillantes pero prácticamente todos lo citarán como uno de los peores adversarios de la historia de este deporte a los que enfrentarse. Y es precisamente esa condición, esa capacidad competitiva, el no conceder ni un segundo de respiro al oponente lo que le ha llevado a convertirse en una de las particulares bestias negras del Baskonia (como de tantos otros equipos, claro).

Todo ello, sin embargo, debe quedarse a un lado esta noche. El plantel de Pedro Martínez necesita la victoria para continuar enganchado a la pelea por los puestos de play off y, por ello, necesita olvidarse de los precedentes y ofrecer su mejor versión. Únicamente así tendrá opciones de éxito ante un conjunto griego que, pese a todos los problemas físicos que ha sufrido, es segundo en la clsificación y solamente ha encajado cuatro derrotas en las dieciséis jornadas de la Euroliga que se han disputado hasta la fecha.

Y eso que la aportación de su principal estrella, Vassilis Spanoulis, se ha visto muy mermada por las lesiones que le han obligado a perderse nada menos que diez de los partidos de su equipo. Pese a ello, la apuesta por la fortaleza del grupo le ha permitodo al Olympiacos reponerse y continuar siendo esa impenetrable roca contra la que se estrellan una y otra vez quienes tratan de asaltarla.

Así pues, el Baskonia no podrá permitirse el más mínimo despiste si no desea añadir una casilla más a la larga lista de víctimas helenas. El conjunto azulgrana no atraviesa últimamente por su mejor momento de juego y ha sumado varias derrotas pero, apoyado en el efecto positivo que puede tener el reciente triunfo sobre el Valencia y el extra que siempre supone actuar al calor del Buesa Arena, dispone de argumentos para poder batir a los griegos. Tendrá que estar preparado, eso sí, para una batalla larga y de máxima intensidad que no podrá dar por concluida hasta que el rival pierda su última gota de sangre.